Cuando Eugenio George Laffita se hizo cargo en 1968, de la selección femenina de voleibol de Cuba, ellas eran solamente las Morenas del Caribe. Al dejarlas, cuatro décadas después, ya el mundo las conocía como Las Espectaculares, un equipo que infundía respeto y que nunca se daba por vencido.
La historia de Eugenio y el voleibol no comienza en su Baracoa natal, donde nació un 29 de marzo de 1935, sino en Luyanó, a donde llegaron sus padres a fines de la década del cuarenta buscando una vida mejor.
En la popular barriada habanera Eugenio George y su hermano Edgar comenzaron su andar por el deporte de la malla alta, practicando en el gimnasio Pepe Barrientos junto a otros amigos de la zona. Mas el hobbit se tornó en motivo de vida y ya en el 47 entrenaba a las órdenes de quien es considerado El Padre del Voleibol Cubano, Jacinto del Cueto Fernández. Quien vivió lo suficiente para ver a su alumno volver grande el deporte que amaban.
Eugenio George el hacedor de estrellas
Pese a integrar la selección de Cuba a eventos internacionales, Eugenio no destacó por atleta, en su caso lo mejor vino con su temprano retiro, cuando comienza a fungir como entrenador, primero de hombres y a partir de 1968 de mujeres.
Con las féminas Eugenio George haría historia. Tomó en sus manos a un puñado de muchachas anónimas y las transformó integralmente, pues para ser una estrella no basta con ser excepcional deportivamente, según una de sus máximas. Los testimonios de sus pupilas dan fe de la labor extradeportiva de aquel hombre a quien todas terminaron considerando un segundo padre, las enseñaba a expresarse educadamente, a caminar, a comer siguiendo las normas de la educación formal. Las preparaba dentro y fuera de la cancha, y en el proceso las volvía una familia. Mireya Luis lo ha dicho en múltiples ocasiones, Eugenio siempre las estaba enseñando. Tal vez en ello radique el secreto de su éxito y la explicación del descenso de los resultados luego de su partida.
Eugenio George tenía el extra del entrenador brillante, el ojo clínico, cuando aquella primera generación donde brillaron nombres como: Mercedes Mamita Pérez, Mercedes Pomares, Imilsis Téllez, Nelly Barnet, etc. llegaba a su fin él fue buscando sustitutas, sin atender a somatotipos ni a posiciones. Desde Camagüey mandó a buscar entonces a una muchachita de pequeña estatura y solo catorce años, pero cuyo poder de salto era muy superior al de muchas atletas mayores. Se llamaba Mireya y junto a Eugenio se volvió leyenda.
Muchos años después de ese llamado Eugenio regresó a la fuente, se acercaba la hora de ir preparando la sustituta de la Luis -aunque aún era joven-, llamó a Camagüey y de ahí llegó Yumilka Ruiz.
Ese trabajo constante a futuro fue la clave de las décadas de éxito de la selección femenina cubana de voleibol, cuyos resultados hicieron que Eugenio George fuera nombrado el mejor entrenador de Voley Femenino del mundo en el siglo XX -y Regla Torres la mejor jugadora. Además, permitió ir transitando generaciones sin notar el cambio, alternando el relevo con las titulares en un sistema integral donde cada pieza era igual de importante.
El estudio de las particularidades de las atletas cubanas, en comparación con los modelos mundiales, posibilitó que Eugenio George fuera configurando las claves del llamado modelo de voleibol femenino cubano, el famoso 4-2, que dejó de emplearse a nivel internacional y que Cuba mantuvo mientras él dirigió. Dicho modelo le permitía tener un equipo siempre ofensivo, donde las dos pasadoras se desdoblaban en atacadoras como una auxiliar más.
Eugenio George fue además un defensor acérrimo de los derechos de sus jugadoras, lo cual incluso, le costó sanciones, que por suerte para el voleibol fueron rectificadas. Al respecto ha contado que al momento de hacerse pública su separación, apenas unas horas después, y durante cuatro años, entre 1996 y el 2000, recibió varias propuestas para dirigir clubes japoneses, el equipo nacional de Holanda y hasta la selección de Estados Unidos. Ninguna de ellas las aceptó.
Tan grande fue la labor de este hombre que en 2009 la Confederación Norte Centroamericana y del Caribe de voleibol (NORCECA) creó la distinción Eugenio George, para homenajear al mejor entrenador femenino del año.
Esta leyenda cubana falleció en La Habana, un 31 de mayo de 2014, víctima del cáncer. Su cadáver fue velado, en guardia de honor, por aquellas niñas que durante décadas convirtió en estrellas.
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