Rafael Enrique Marrero fue un poeta, periodista y locutor radial cubano que frecuentemente utilizó el seudónimo de León Bueno.

Nació en el poblado de Cidra en Matanzas el 24 de octubre de 1914 en el que cursó los primeros estudios y dirigió la revista local Alfa entre 1928 y 1929, siendo apenas un adolescente. Años después, en una carta a Enrique Pichardo, el poeta recordaría así su tierra natal:

"Topográficamente un monstruo sesteando
a quien el gascar le cercena el tórax;
una porción de casas de madera;
unos hombres que cargan con sus sueños:
un Ford, una muchacha y una escuela." 

Se trasladó entonces a La Habana, donde matriculó en la Escuela Normal para Maestros, aunque la abandonó tras concluir el segundo año en 1943.

Desde el año anterior Rafael Enrique Marrero simultaneaba sus estudios con los oficios de periodista y locutor radial para varias emisoras habaneras, a las que se mantuvo estrechamente vinculado hasta 1966.

Rafael Enrique Marrero, el poeta

Encargado de la plana cultural del periódico Mañana, fundó en 1954, junto con José Sanjurjo la Institución Nacional de Escritores, Poetas y Amigos del Arte (INEPAA) de la que fue su Secretario General.

Como poeta Rafael Enrique Marrero obtuvo numerosos reconocimientos en la República: fue Primer Premio en los II Juegos Florales Nacionales de Cárdenas en 1939, y ese mismo año fue segundo del Concurso lanzado por la Asociación de Autores y Escritores de Matanzas. Una década después (1948) sería merecedor del Premio Varona de Periodismo.

Poemas suyos aparecieron publicados en periódicos y revistas como Cúspide, Orto, Pueblo, Hoy Domingo, El País Gráfico, Nueva Generación, Revista de la Policía, Mella, Verde Olivo, Con la Guardia en Alto, Surco y la Gaceta de Cuba.

Texto de Rafael Enrique Marrero

Junto a José Sanjurjo compiló la Antología Poetas que publicó la Editorial Bayo Libros en 1963; y, en solitario, publicó tres poemarios: «Humo de Silencio» (1941), «Día de Palomas (invocación al Apóstol)», que se lo editó el Pen Club en 1953; y «Adolescencia náufraga» (1957)

Según Luis Sexto:

Pocos tal vez recuerden a Rafael Enrique Marrero. Las antologías ya no lo tienen en cuenta. Ciertos especialistas solo escogen los autores y poemas de su corrillo o de su gusto, en una especie de ley de toldería literaria, visión de campamento o minifundio.

En sus años de crédito, nuestros padres y abuelos amaron y protestaron leyendo los versos de Humo de silencio -su primer libro, en 1941- o de Adolescencia náufraga, o los de su Canto al trabajo.

Blog de Luis Sexto

Miembro de la UNEAC, Rafael Enrique Marrero se retiró como periodista poco antes de su muerte, acaecida en La Habana el 29 de julio de 1974.


Poemas escogidos

Palabras en la ausencia

Yo soy como esos árboles sin frutos
que rompen las aceras de los parques 
y no han sabido más que darse en sombras p
para los que no tienen en dónde cobijarse…

Yo soy como esos árboles sin frutos! 
Decoración ambigua del paisaje: 
sin sexo, para los que duermen a sus plantas, 
sin voces, para los que quieren ultrajarle!

Yo soy como esos árboles sin frutos 
que no saben más nada que enraizarse. 
Yo soy como esos árboles sin frutos 
que rompen las aceras de los parques! 

¿Y esta ansia de amar que llevo dentro? 
¿Y esta sed infinita de mirajes? 
¿Y este dolor de ser siempre lo mismo 
parado en las aceras de los parques? 

Yo quiero amar y ser; sentir la vida 
en fruto y flor y en nido y en ramaje: 
ser sonrisa de luz frente a tus ojos 
donde quisiera yo crucificarme…

Tenerte a ti, prendida para siempre, 
como una inmensa fruta hecha carne, 
desnuda ante mis ojos de viajero
y a la sombra de amor de mis ramajes…

Ya que estoy condenado a ser un árbol 
que rompe las aceras de los parques, 
tatúa mi corteza con tu nombre 
y entre dos corazones que se enlacen, 
porque yo seguiré dándome en sombras 
para los que no tienen en dónde cobijarse!