El poblado de Bauta (Hoyo Colorado) se fundó en el año 1850 a orillas del antiguo camino de Vuelta Abajo y en terrenos del Hato Ariguanabo, muy cerca de la laguna la Pastora.

Desde mucho antes existía en el lugar una ermita, declarada auxiliar de la parroquia de Santiago de las Vegas por el Obispo Compostela en 1688. A mediado del siglo XIX en su inmediaciones se contaban unas 90 casas de yagua y guano, habitadas por tres centenares de vecinos. Pertenecía entonces Hoyo Colorado al término de Santiago de las Vegas, del cual fue segregado al creársele Ayuntamiento el 1ro de enero de 1879.

Municipio Bauta

Al ser suprimido el término de Guayabal, en virtud de la Orden Militar No. 23 de 24 de enero de 1902, le fueron anexados a Bauta los barrios de Guayabal, Caimito, Quintana y Banes. Sin embargo, los mismos les fueron desagregado el 13 de junio de 1910 al restituirse el Ayuntamiento de Caimito del Guayabal.

El término municipal de Bauta quedó definitivamente conformado, durante la República, por ocho barrios: Bauta (cabecera), Corralillo, Baracoa, Punta Brava, San Pedro, Guatao, Cangrejeras y Anafe.

La cabecera de Bauta y Hoyo Colorado se encontraba a 16 km de Marianao (cabecera judicial) y a 28 km de La Habana, cabecera provincial y capital de la República.

Asentado sobre los antiguos corrales de Baracoa, Cangrejeras, Hoyo Colorado, Ojo de Agua del Corralillo y Guatao; y en parte de los del hato Ariguanabo, sumaba el municipio Bauta unos 145 km cuadrados y limitaba al Norte con el Golfo de México, al Este con Marianao y Santiago de las Vegas, al Sur con San Antonio de los Baños y al Oeste con Caimito del Guayabal.

En su territorio, esencialmente llano, se producía caña de azúcar, tabaco y frutos menores, que eran regados por los ríos Blanes, Santa Ana, Jaimanitas, Mascatá, Baracoa y los arroyos Pastora, Benítez y Zaldívar.

Bauta compartía con los términos de San Antonio de los Baños y Caimito del Guayabal la laguna Ariguanabo, la mayor de la provincia de La Habana. Esta laguna, en el hato del mismo nombre se formó (según cuenta la tradición) en el lugar donde existía un ingenio, propiedad de la familia de Don Nicolás Chacón, cuyas fábricas se inundaron por el ciclón de 1791.

La Carretera Central atravesaba en toda su extensión el municipio Bauta, enlazándolo con la capital de la República. Existían, además, otras vías secundarias como las carreteras a Punta Brava, a Corralillo, el ramal de la Carretera Central a Guayabal y el de la Ceiba a la Puerta de la Güira.


Matadero Municipal de Bauta
Matadero Municipal de Bauta y dos vistas de la calle Juan Bruno Zayas (1944)

Comprendía el término municipal, además del pueblo cabecera de Bauta, los pueblos de Punta Brava, Guatao y Cangrejeras, Santa Fe y los caseríos de Baracoa, Corralillo y San Pedro. En el pueblo de Punta Brava se fijó durante un lustro el Ayuntamiento de Bauta, pues el pueblo de Hoyo Colorado fue incendiado por el Ejército Libertador cubano durante la Guerra del 95. La autoridad municipal retornaría a Bauta por la Orden Militar No. 157 del 15 de mayo de 1902.

Bauta se convertiría, durante la última guerra de independencia en un campo de batalla entre cubanos y españoles. En ese término, en la finca de San Pedro, jurisdicción de Punta Brava, caería en combate el Lugarteniente General del Ejército Libertador Antonio Maceo.

En el término de Bauta se encontraba el embarcadero de Porlier, que fue habilitado para cabotaje por la Aduana de La Habana con el nombre de Playa de Baracoa. El caserío de esta playa fue fundado en 1862 por bañistas que edificaban ranchos para su alojamiento durante la temporada de baños.


Ayuntamiento de Bauta
Ayuntamientode Bauta, el alcalde con el personal del Ayuntamiento y la Policía Municipal (1944)

El poblado de Cangrejeras, por su parte, se fundó en ese mismo año 1862, pero, al igual que Hoyo Colorado, fue destruido por las fuerzas invasoras cubanas en 1896 y reconstruido en 1900.

Los pueblos de Corralillo y Guatao se establecieron, en 1835 y 1837, respectivamente y Punta Brava en 1870.

Durante la primera mitad del siglo XX fueron adquiriendo importancia y poblándose los asentamientos de Santa Fe y Jaimanitas, que durante la colonia no habían pasado de ser enclaves de pescadores. Ambos se beneficiaron notablemente de las nuevas vías de comunicación abiertas por el norte del municipio y la expansión de La Habana hacia el oeste, más allá del río Almendares.