Los chinos mambises no fueron, como se ha sostenido en algunas ocasiones, una rareza, al contrario, esta comunidad se comprometió rápidamente con la causa independentista, pero para entender el porqué de este proceso te invito a que sigas leyendo.

Hemos contado, en otros escritos en esta página, sobre el despiadado proceso de la trata de chinos, que vinieron a América en el siglo XIX, ha suplir la necesidad de mano de obra barata en los campos del Nuevo Mundo.

El negocio de los esclavos traídos de África se había complicado una vez que los cañones ingleses tomaron control de los mares entre los continentes, asestando un jaque «casi» mate a los tratantes españoles y portugueses.

Emigración China

Miraron entonces al lejano Oriente y a través del engaño, y atrapados por contratos de semi esclavitud, empezaron a llegar las oleadas de chinos de las zonas de Cantón y Fujian. El tortuoso viaje que se prolongaba hasta por 150 días dejaba exhaustos a los emigrantes.

Sus «empleadores», a sabiendas de lo importante que eran las buenas apariencias, les quitaban la vestimenta al subir al barco, obligándoles a vestir harapos, para, una vez en tierra, afeitarles la cabeza y vestirles con ropa de algodón.

De acuerdo a los datos de las compañías de Manila y Macao del período comprendido entre 1847 y 1859 cerca de 50 123 chinos salieron del Oriente contratados por estas compañías. Alrededor de 7 622 fallecieron antes de tocar tierra americana.

Hospital de Chinos
Un Hospital de la comunidad China a comienzos del Siglo XX.

Un 15% es el índice de mortalidad, un beneficio excelente a ojos de los tratantes, para que entendamos esta repudiable mentalidad y el porqué se fomentó la migración china, la relación de fallecidos («mercancía no aprovechable«) de los negros africanos era aún peor, cerca del 33% de estos no sobrevivían el tránsito marítimo.

Condiciones de los chinos al llegar a tierra cubana

Hablamos de seres humanos tratados como mercancía de usar y tirar, aunque en el caso de los chinos saliesen como empleados, la realidad nos cuenta que a medida que se alejaban de su tierra se alejaban de sus derechos más básicos.

Tras llegar a la tierra prometida y luego de ducharlos, afeitarlos y vestirlos, eran llevados a los barracones, el proceso lo cuenta así Gonzalo de Quesada:

Los mismos agricultores irían allí a proveerse, después que los hombres hubiesen sido examinados por el médico con objeto de saber si gozaban de buena salud. Inmediatamente se firmaba el contrato en los idiomas chino y castellano y en él se estipulaba que el chino se sometía a un castigo no mayor de determinado número de azotes al año.

El chino no estaba familiarizado con la aritmética del inspector, que siempre pecaba por error a su favor en la distribución de estos azotes. Se le llevaba después a las colonias a trabajar lo mismo que un negro esclavo, catorce horas diarias, durante ocho años, sufriendo hambre, debilitándose su cuerpo bajo las fatales condiciones higiénicas, sin alimentación suficiente ni cuidado, condenados a morir un 75 porciento antes de que expirara el contrato.

Como podemos suponer, el trato recibido por parte de los rancheaderos y mayorales hacia los chinos era el mismo que hacia los negros. Considerados menos que un perro, eran reprimidos sin piedad. El gobierno colonial miraba para el bolsillo del hacendado, que a su vez culpaba a sus empleados de los maltratos recibidos por los colonos chinos.

chc5017 2452 large 1
Muelles de La Habana a principios de 1900, por donde llegaron muchos colonos chinos.

Cada quien escurría el bulto mientras el pobre chino, engañado y humillado, comenzó a odiar, en igual sintonía que lo hacían muchos criollos, a los representantes de la corona y la bandera española.

Chinos mambises en las guerras de independencia

Uno de los varios chinos mambises, Capitán Bartolo Fernández, lo recuerda así:

En el año 1869, en la fuerza del General Julio Sanguily, en la primera Compañía del Regimiento de Camagüey, era aquella la época en que mandaba el Mayor General Ignacio Agramonte, estuve en las batallas de Las Guásimas, Guáimaro y Cascorro, en infinidad de fuegos con las fuerzas españolas. Habíamos sobre quinientos chinos.

Entre mis compañeros que estaban en la fuerza del Generalísimo Máximo Gómez, estaba el valiente Capitán chino Juan Sánchez (Lam Fu Kin) este había obtenido el grado de Capitán, por su valentía. Era hombre de clara inteligencia que había sido soldado en China cuando la insurrección de Hong Shan Chong, y conocía la guerra.
Le seguía el Teniente chino José Pedroso y los sargentos Andrés Cao (Lion Kao), y José Fong; y un sinnúmero más que no recuerdo.
En las Villas, Camagüey, Oriente, en todas las fuerzas insurrectas habían chinos. El General Napoleón Arango, tenía cuatrocientos soldados chinos. El General Maximiliano Ramos, ciento ochenta, y el General Calixto García, doscientos soldados chinos.

«En Oriente, el General Modesto Díaz, tenía de ayudante al Capitán Liborio Wong (Wong Seng). Este era Médico Botánico en mi país, y conocía mucho la flora cubana. El chino Capitán Liborio Wong, fue un héroe; se batió en Cauto Embarcadero, Mina de Tuna y Guáimaro. Todos mis compañeros como yo, luchamos al frente de las fuerzas contrarias obligándole a retirarse, porque allí se dio mucho machete.

Como hemos visto también habían chinos mambises que eran oficiales del Ejército que se ganaron los grados por la actitud mostrada en la contienda. Reneé Méndez Capote habla de una anécdota que le contase su padre, General retirado de la manigua y que ratifica otros comentarios que enaltecen el valor de los chinos mambises, llegando en muchos casos a recibir respeto por parte de los oficiales españoles, una vez apresados.

Mambises cubanos 1898
Mambises cubanos 1898

«Yo no he visto soldados más valientes que los chinos; peleaban con abnegación, y fieles a sus compromisos, jamás traicionaron a la causa por la independencia de Cuba, ni se presentaron.

Eran hombres sinceros, amigos buenos y obedientes. Siempre ocupaban la extrema vanguardia, sonrientes y alegres. Muriendo sin lamentarse como héroes que eran. Cuando terminaban el fuego, después del combate, usaban chacoterías y espeluznantes bromas del peligro».

Comandante cubano Jesús Crespo

En las Villas, los chinos mambises que se distinguieron muchísimo, estaban en su mayoría en San Juan de los Remedios, el Comandante Juan Díaz, que fue uno de ellos, murió después del Pacto del Zanjón. En Mayajigua operaba el Capitán Francisco Moreno.

Chino que vino joven a Cuba, y empuñó las armas en contra de aquel Gobierno, al ver las injusticias que se cometían con sus paisanos. Era éste un conquistador tremendo, se introducía en los ingenios con gran habilidad y seducía a los chinos por la causa cubana.
En las Villas estaba el Capitán José Cuan, que estuvo con el Coronel Francisco Carrillo, pasando después a las fuerzas del General Adolfo Cavada, Brigada de Cienfuegos. El Capitán Cuan, era muy alegre, y entre los chinos era conocido por Kau Kong Cuang,

Este valiente estuvo en Rancho Veloz, Quemado de Güines, Ceja de Pablo, en rudos combates con los soldados españoles. Entre otros compañeros, le seguían el chino Paulino Seng, y el Capitán José Bú, persona de grandes méritos y distinción.

El Capitán chino José Bú, de la guerra de 1868, ha prestado múltiples e importantes servicios en la guerra de la Independencia de Cuba. Al vencer los ocho años como colono, se dedica a las actividades de comercio en Las Villas y comienza sus vínculos con la gesta libertadora de 1868, primero aporta alimentos, luego se incorpora a los campos de batalla.

Chinos Mambises en Cuba. Sus tumbas.
Tumbas en el Cementerio Chino en memoria de los veteranos mambises chinos José Bu Tack y Juan Chao Sen.

Bajo las órdenes de Ignacio Agramonte alcanzó el grado de capitán y al final de la primera contienda era reconocido y admirado por altos jefes como Máximo Gómez. Durante la Guerra Chiquita, continua sus acciones de guerrilla bajo el mando del general Francisco Carrillo. Bu Tack se enrola en la Guerra de 1895, donde fue ascendido a teniente coronel.


Conozco al Capitán José Bú, que estuvo con su padrino, el Presidente Don Juan Bautista Uruibí, y vivió largo tiempo en la Ciudad de Cienfuegos, siendo una persona apreciadísima, amigo verdadero del Mayor General José Miguel Gómez, íntimo del General Higinio Esquerra, su compadre.

Capitán Bartolo Fernández. Uno de los más longevos chinos mambises, en entrevista a Antonio Chuffat.
Mambí cubano diseño
Mambí cubano diseño

En la Constitución de 1901, en su artículo 65, se ­expresa que podrían ser elegidos para la presidencia de la recién instaurada república, extranjeros con altos méritos en la ­guerra, entre ellos figuraba José Bu Tack.

Como se observa en la imagen superior, en el Cementerio Chino de La Habana también descansan los restos de Juan Chao Sen (Zhou-Yúnting). Había nacido en el distrito de Chung Shan, Cantón. Joven llega a México y en 1897, a Cuba y se asienta primero en Matanzas, luego en Las Villas, donde se inserta en a la causa independentista bajo las órdenes del capitán Alfredo Lima y del brigadier José Miguel Gómez.
No se debe olvidar a estos chinos mambises, auténticos héroes de las gestas por la Independencia, su aporte fue numeroso y en todos los frentes de combate. Los