Considerado en justicia como el segundo mejor ajedrecista cubano de todos los tiempos por sus resultados; Leinier Domínguez, el Ídolo de Güines, como le bautizara un comentarista deportivo cubano, se ha mantenido por muchos años en la élites de los trebejos, defendiendo primero los colores de Cuba y luego los de Estados Unidos.
Leinier Domínguez, al igual que el habanero José Raúl Capablanca (Campeón del Mundo entre 1921 y 1927) fue un «niño prodigio». A la edad de siete años su padre le enseñó a mover las piezas, y pocos meses después Leinier se titulaba campeón nacional pioneril, batiendo a niños de 11 y 12 años.
Leinier Domínguez el genio dentro del tablero
La primera norma de GM la obtuvo Leinier Domínguez a los 15 y dos años después conquistaba la definitiva en el fortísimo Torneo de Linares, convirtiéndose en el ajedrecista cubano más joven en conseguirlo (el título de GM fue creado luego de la muerte de Capablanca, al que se le otorgó de manera póstuma).
Años después, en una entrevista concedida al periódico Juventud Rebelde, Leinier expresaría que ese torneo de Linares, junto al Campeonato Mundial de Trípoli 2004 y la victoria en el Mundial de Blitz 2008, eran los eventos que más huellas habían dejado en él, personal y deportivamente.
Multicampeón nacional de Cuba y de los torneos «Capablanca in Memoriam», siempre en dura porfía con el GM tunero Lázaro Bruzón, el Ídolo de Güines fue el primer cubano en romper las barreras de los 2600 y los 2700 de Elo. Desde entonces se ha mantenido siempre entre los mejores del ranking de la FIDE, donde es también el cubano que ha alcanzado la más alta posición (en 2019 de ubicó en el lugar 8… !un verdadero fuera de serie!).
Jugador profundo, analítico y siempre sosegado, estudió a todos los clásicos, pero afirma que la mayor influencia en su juego la ha ejercido el norteamericano Bobby Fischer.
Aunquel ajedrez consume gran parte de su tiempo, Leinier Domínguez no puede ser clasificado como un obseso. En ocasiones ha permanecido inactivo en semiretiro, o jugando pocos torneos a pesar de las numerosas invitaciones.
Entonces comparte con su familia, juega tenis y fútbol (deportes en los que basa su preparación física, imprescindible para un ajedrecista de élite) ve televisión y escucha música.
En 2018, Leinier Domínguez se nacionalizó estadounidense y de inmediato se sumó a la escuadra nacional de ese país, que se vio notablemente reforzada con su presencia. El súper equipo olímpico de ajedrez de Estados Unidos estaba integrado en 2021 por Fabiano Caruana, Levon Aronian, Wesley So e Hikaru Nakamura, además de Leinier; todos entre los 20 primeros del ranking mundial en ese momento.
Un año después el ajedrecista cubano, totalmente integrado en la escuadra norteamericana, y tras registrar un notable resultado en la Olimpiada de Chennai en la India, obtendría la ciudadanía estadounidense; hecho que daría a conocer de forma escueta a través de su cuenta de Instagram con una foto familiar acompañado de su esposa y su hijo con la bandera de las barras y las estrellas y un escueto mensaje en inglés:
«I finally became US citizen» (finalmente soy ciudadano americano)
Además de mantenerse como jugador de élite, Leinier Domínguez ha estado en los boxes de otros grandes como Peter Leko y Fabiano Caruana, a quienes ha asistido como entrenador en sus respectivos intentos de asaltar la corona mundial del juego ciencia en 2007 y 2018.
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