El desaparecido Puente de Villarín, que unía la calle Infanta con Arroyo del Matadero, se construyó en 1843 por el general subinspector de Ingenieros Don Mariano Carrillo de Albornoz, durante el gobierno del Capitán General Gerónimo Valdés, Conde de Villarín, cuyo nombre se le puso en obsequio.
Hasta las primeras décadas del siglo XX se le consideró como el mejor puente de La Habana tanto pos su estética como por la calidad de su construcción.
Poseía el Puente de Villarín una gran importancia pues se levantaba sobre uno de los ramales de la Zanja Real y permitía la comunicación a través de la Calzada de Infanta (a la altura de o que hoy en día sería la calle Pedroso).
En el muro Este del puente se encontraba la siguiente inscripción:
Mientras que en el muro Oeste se podía leer:
A partir de la tercera década del siglo XX la zona sobre la que se alzaba el Puente de Villarín comenzó un vertiginoso proceso de urbanización.
Los vestigios de la Zanja Real, casi inútil desde la construcción del Acueducto de Albear fueron poco a poco desapareciendo a lo largo de la ciudad; Y así sucedió con el ramal que atravesaba la Calzada de Infanta.
El mismo fue canalizado, se pavimentó todo el área alrededor y ya para la primera mitad de los años 40 desaparecía toda huella del Puente de Villarín.
Tan rotundo fue el cambio que hoy resulta imposible reconocer vestigio alguno del Puente de Villarín, que para muchos fue el más hermoso y mejor construido entre los numerosos puentes que alguna vez tuvo La Habana.
Muy interesante lo del puente de Villarin, ¿ exactamente cuál era su ubicación ?. ¿ Queda algo para identificar el lugar .
Hola Rolando, hemos actualizado la entrada con el plano de Pichardo en el que se observa la ubicación exacta del antiguo puente. No sé si quedé algún vestigio… Prometemos llegarno, observar con atención y seguir actualizando…
Salu2