Coralita Veloz, una de las actrices más queridas de Cuba, es un rostro imprescindible en la historia de cualquiera de los cuatro medios.

Nació el 4 de noviembre de 1949, en medio de una de las familias más importantes de las artes cubanas, la cual encabezaban sus padres Ramón Veloz y Coralia Fernández, polifacética pareja que destacó en la radio, la actuación y la música. Luego los hijos, Ramón y Coralita, tomarían similar camino, aunque ella ha confesado que jamás le atrajo cantar -pese a que según dicen tiene buena voz-, luego los hijos de ambos también siguieron el camino de las artes.

Coralita Veloz
Madre e hija en la novela Al Compás del Son

Mis padres ni influyeron, ni me quitaron la idea. Así hemos sido todos en esta cadena, mis hijas, mis sobrinos. Ahora mismo a mi nieta le encanta cantar y lo hace muy bien, aunque no ha tomado clases de música. Todas las carreras le deben gustar a la persona que la asume, y esta también es una de ellas. Tiene que nacer, nada se debe de imponer.

Cubadebate

Coralita Veloz, crecer en la pantalla

Coralita Veloz creció en la pantalla, pues desde los siete años comenzó a aparecer en pequeños papeles, y comerciales. De entonces acá han pasado cuarenta y cinco años, está mujer literalmente ha estado ligada de por vida a las pantallas.

Su primer papel en una novela fue siendo una niña, en compañía de su padre -pues hacía de hija suya en la obra-, en Una luz en el camino, dirigida por Antonio Vázquez Gallo, quien la volvería a dirigir siendo ya una mujer.

Pese a su convincente carrera, y la bien ganada fama de actriz de carácter, Coralita Veloz nunca estudio actuación, sino que bebió de los grandes con los que compartió, como Gina Cabrera, ella es una prueba viviente de que la academia no siempre es la única vía, más bien quiso ser aeromoza, por lo que además estudio francés.

Ha declarado, cosa curiosa en alguien cuya amabilidad es conocida, preferir los papeles de mala, pues las buenas le aburren, las malas, dice, son más interesantes.

En ‘Mi prima Raquel’ interpreté un papel donde era malísima. Fue interesante, porque qué bueno ser mala

Coralita Veloz
La capitana Isabel

En la pequeña pantalla, el medio que más reconocimiento le ha brindado, Coralita Veloz ha interpretado más de cien papeles, de los cuales varios aún se recuerdan. Por ejemplo, durante años perdió el nombre, y en la calle le llamaban «la policía», por su trabajo en Día y Noche, una serie a la que llegó para unos pocos capítulos y terminó grabando muchísimos, por el furor que causó en el pueblo:

Me muero de pena cuando un oficial se pone la mano en la frente, en señal de respeto. Solo atino a asentir con la cabeza y pedir para mis adentros que pongan la verde. Incluso, paso cerca de un grupo y me tararean el tema de presentación del programa. Aunque el tiempo ha pasado eso continúa, debe ser porque lo han retransmitido en varias ocasiones

más recientemente, su trabajo en De amores y esperanzas, la ha convertido en «la jueza».

Muy especial ha sido también su relación con el teatro, en el cual ha dejado una huella de entrega y talento, trabajando con los más prestigiosos grupos y directores, como Teatro Estudio o Nicolás Dorr. Se cuenta en el medio, que una vez, al borde ya del estreno Coralita se fracturó una pierna, y así y todo salió a actuar, rabiando de dolor, pero terminando la obra. Eso, es la expresión más alta de profesionalidad, y respeto por el público que puede existir.

Ya con más de siete décadas de vida, Coralita Veloz sigue cautivando, como en su más reciente aparición, ocurrida en la serie Promesas, donde interpretó, magistralmente, a una señora con problemas mentales.