El cine Duplex y el cine Rex se encontraban en la calle San Rafael, No. 161, entre Industria y Amistad. Compartían un mismo edificio con lobby común y fueron, en la práctica, el primer multicine de La Habana y de Cuba.

Primero se estableció el cine Rex, que abrió sus puertas el 20 de julio de 1938, a las 9:00 pm, con una programación especializada en la proyección de documentales y materiales de carácter informativo. Fue el primer cine del país en surgir con una programación dedicada exclusivamente a noticiarios y documentales. Funcionaba en tandas continuas de 11 am a 11 pm, con un precio de entrada de 15 centavos hasta las cinco de la tarde y 20 centavos a partir de entonces. La sala era cómoda, espaciosa, con control de la temperatura y excelente acústica. Concebida para brindar deleite a un público selecto, interesado en el saber. Tal concepción se hacia evidente desde el slogan promocional:

«El espectáculo que prefieren las personas cultas, que piensan y que aprecian la importancia de ver la vida tal cual es sobre la pantalla«

Tan novedosa orientación suscitó muchas dudas acerca de su posible éxito. El Diario de la Marina, en su edición del día 21 de julio de 1938, comenzaba la nota dedicada al nuevo cine de la siguiente manera:

Se inauguró anoche este salón, destinado exclusivamente a noticiarios, cartones, documentales y asuntos cortos en general. Anoche hubo, sin embargo, por tratarse del «debut» un poco de «show», a base de Rita Montaner, la gran intérprete de lo criollo y de lo afrocubano

No sabemos qué acogida dispensará regularmente nuestro público al espectáculo, sin duda ameno y útil, del «Rex-Cinema». En otras capitales, salas como ésta se ven cotidianamente muy concurridas por un público ávido de documentarse a través de la pantalla. ¿Existe ese público entre nosotros en cantidad suficiente para mantener un salon
exclusivo?
EI tiempo lo dirá.

El cine Rex se convirtió rapidamente en una de las salas preferidas para estrenar producciones nacionales de corte documental, algunas de ellas fueron: Tradiciones espirituanas; El Bosque de La Habana; Oriente, cuna de héroes; Bayamo heroico; Ganado; Guanabacoa, la villa de Pepe Antonio; Corrida de toros; Pelea de gallos, El Caney y La Escuela de Cadetes del Morro, El Vaticano de Pío XII, etc.

Nueve años después, el 25 de octubre de 1947 era inaugurado el cine Duplex, en el mismo edificio y bajo la misma administración.

En el libro Cronología del cine cubano, de Arturo Agramonte y Luciano Castillo, detallan el programa inagural del cine Duplex de la siguiente manera:

Al anunciar la inauguración de la sala Duplex, la empresa precisó que para demostrar su perfección acústica, incluyó en el programa inaugural media hora de música selecta integrada por: «Sueño de amor» y «Rapsodia Húngara no. 6» de Franz Liszt, interpretadas al piano por Gyôrgy Sandor; «Rondó Opus 94» de Antonin Dvorak, ejecutado al violonchelo por el austriaco Emanuel Feuermann, «Fantasía Impromptu», de Chopin, interpretada por el pianista José Iturbi y la obertura «EI buque fantasma» de Wagner, por la Orquesta Sinfónica de París, bajo la dirección de Robert Heger.

A diferencia del Rex, el cine Duplex sí proyectaba películas de ficción como la mayoría de las salas cinematográficas de la capital y se hizo de una excelente reputación, no sólo por la calidad de los materiales audiovisuales exhibidos, sino también por sus confort.

Cine Rex – Cine Duplex

En total, el Rex – Duplex sumaban 1250 butacas: El cine Rex tenía 750 asientos y el Duplex podía acomodar otros 500. Esto hacía que ambas salas se consideraran pequeñas para los estándares de una época en que los grandes cines podían acomodar más de mil espectadores.

Cine Duplex - Rex
Cine Duplex – Rex en 1953

Sin embargo, el complejo Rex – Duplex de la calle San Rafael era, salvando las lógicas distancias, lo más semejante a las modernas salas multicines que existen en la actualidad, en las que se ha renunciado al gigantismo y se ha priorizado la comodidad de los clientes y la variedad de ofertas en la gran pantalla.

Tanto el cine Duplex como el cine Rex operaban bajo la razón social de «Vives & Compañía Ltd» y eran propiedad, en sociedad, de los empresarios cubanos Eduardo Vives Romagosa y José Rovira Rovira, quienes poseían, además «Rex Cimena SA», una agencia de publicidad en espectáculos.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, los cines Duplex y Rex fueron nacionalizados por el nuevo Gobierno de la Isla. Por muchos años ambas salas continuaron funcionando y en la preferencia del público.

Desafortunadamente, el deterioro del edificio en que se encontraban ambos cines, unido a la profunda crisis económica que azotó a Cuba en la década de 1990 provocó que ambos el Rex y el Duplex cerraran sus puertas definitivamente. Tras su clausura, el local que antaño ocuparan tuvo diversos usos hasta que terminó totalmente abandonado y convertido en un microvertedero.

En 2019, con motivo de las obras de reanimación que se realizaron en La Habana con motivo del 500 Aniversario de La Habana, el local que ocuparan el cine Duplex y el cine Rex fue entregado al Fondo Cubano de Bienes Culturales (FCBC) para que sirviera de sede al proyecto Habana Light, que se centra en la elaboración de carteles lumínicos y que ha rescatado algunos de los pocos que aún se conservan desperdigados por la capital cubana [1].

Los nuevos gestores, junto con el Gobierno de la ciudad, rescataron la fachada de los dos cines, en especial el identificativo reloj de su frontis de cerámica. No obstante, el trabajo que se realizó no parece haber tenido mucha calidad, pues dos años después fueron retirados, todas las losas de cerámica verde de la fachada, dejando la piedra al descubierto.