Fue Antonio Beruff Mendieta, Alcalde Municipal de La Habana entre 1936 y 1942, y sobrino materno de los coroneles del Ejército Libertador cubano Carlos Mendieta, expresidente de la Republica y de Pablo Mendieta Montefur.
Durante su período de mandato, fue aprobada en junio de 1938, la creación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, como un organismo municipal autónomo, y asumiendo la dirección de la misma Emilio Roig de Leuchsenring, quien ya había sido nombrado en el cargo desde el 1ro de julio de 1935.
Si bien se le reconoce a Antonio Beruff Mendieta, un apoyo decisivo para consolidar la labor emprendida por Roig y sus colaboradores, en la preservación del patrimonio histórico de la ciudad y de forma general una aceptable gestión municipal, parece que, como decimos ahora; “ la fama se le subió para la cabeza”.
Antonio Beruff Mendieta «más bandolero que Pato Macho»
Al Alcalde – con grandes dotes y ambiciones políticas para cuando terminara su mandato, pero con poca plata para ello – se le “ocurrió” proponer y hace aprobar en el Ayuntamiento, una partida de 70 mil pesos para edificar un biblioteca pública en el área del conocido Parque Trillo de Centro Habana, con el objetivo de fomentar la cultura e instrucción de niños y jóvenes en ese humilde territorio con alta densidad de obreros y estudiantes, toda vez que la existente desde 1919, en que fuera fundada, radicaba en un viejo inmueble adaptado en Neptuno No. 817 entre Oquendo y Marqués González.
Para ello, hacia 1939 se le encarga al notable arquitecto Emilio Vasconcelos Freyde el proyecto de un edificio moderno y muy funcional que, situado en el mismo centro del parque, solo ocuparía un 6% de la superficie total del mismo.
Al poco tiempo, debido a las “quejas” de los pobladores de la zona, el Ayuntamiento de La Habana, decide asignar, par de Actas mediante, otro crédito para “demoler” el inmueble y devolverle al parque, su estado original.
Lo inaudito del asunto es que, NUNCA SE CONSTRUYÓ la Biblioteca Publica, Y MUCHO MENOS SE DEMOLIÓ.
Los habaneros de entonces, al conocer del asunto, se referían a ella como “La Biblioteca Fantasma” y a Antonio Beruff Mendieta, como «más bandolero que Pato Macho», el famoso delincuente que fuera capturado en el mismo Parque Trillo un tiempo antes.
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