La presencia del futuro Hall of Famer Ty Cobb en La Habana estuvo rodeada de polémica y confrontación. La estrella de los Detroit Tigers era un racista reconocido que puso muchos obstáculos a enfrentarse a los jugadores negros que jugaban en las ligas cubanas de entonces y que tenían prohibida la presencia en las Grandes Ligas, hecho que se alargó hasta que Jackie Robinson rompió la barrera racial en 1947.

En aquel entonces existían las llamadas «American League» un torneo de exhibición que enfrentaba a un equipo americano y a los dos colosos de las ligas cubanas de entonces, Los Rojos del Habana y el Almendares.
El ganador resultante de esta triangular se llevaba un premio patrocinado por la marca tabacalera Por Larrañaga, que además era el principal patrocinador de los sueldos de los jugadores extranjeros.

El debut se hace esperar

Para ver a Ty Cobb en La Habana los aficionados cubanos tuvieron que esperar al domingo 28 de noviembre de 1910, apenas 48 horas antes había llegado a la ciudad desde Cayó Hueso.

ty cobb en la habana. foto de 913
El fuerte carácter de Ty Cobb, le hacía competir y discutir tanto con rivales como con compañeros, en la película de Clint Eastwood (Trouble with the curve) se dice en una escena. «Ty Cobb los odiaba a todos por igual». Intentando restar importancia a su manifiesto racismo, esta frase le valió al veterano director no pocas críticas por intentar lavar la imagen de Cobb, uno de los mejores jugadores de la historia.

Faltó de interés se le escuchó decir que venía por los dos mil dólares que le habían prometido y nada más. Pesaba sobre su cabeza el fracaso de las series mundiales perdidas de forma consecutiva (1907, 1908 y 1909) y el orgullo de enfrentarse a jugadores que estaban fuera del circuito de Grandes Ligas.

Estrellas negras en Cuba

Mientras que en el Almendares todos los jugadores eran cubanos, en las filas del Habana destacaban varias de las estrellas de las ligas negras de entonces. La Negro National League no tenían aún el impacto que alcanzó en la década de los años 30, pero el talento que reunía ponía en duda la validez de las Grandes Ligas como élite del béisbol.

Imposibilitados de jugar en Estados Unidos contra los blancos, muchas de aquellas estrellas jugaban en las ligas invernales del Caribe y tenían la oportunidad de jugar contra los jugadores profesionales de la Gran Carpa en torneos como el que se celebraba en Cuba, donde además del campeón solía viajar otro equipo a realizar partidos de exhibición anualmente (aquel año de 1910 también jugaron en Cuba los Philadelphia Athletics-A’s, campeones de las Series Mundiales de aquel año).

henry lloyd jugador del habana
John Henry Lloyd, conocido en Cuba como «El Cuchara», uno de los mejores torpederos de las primeras décadas del siglo XX y asiduo de la Liga Cubana donde llegó a jugar durante 11 temporadas.

Quizás el nombre de John Henry «El Cuchara» Lloyd no le suene, pero era la gran figura del Habana en esa época, y algunos historiadores ponen en boca de Babe Ruth elogios a su talento equiparándolo al miembro del salón de la Fama del béisbol americano Honus Wagner, torpedero contemporáneo suyo. Se cuenta que para esta serie usó espinilleras de acero para evitar las barridas agresivas de los jugadores de Detroit, impulsados por la iniciativa de Ty Cobb de afilarse los spikes.

Pero la armada de las ligas negras en el equipo Habana no se detenía ahí, esta contaba además con el receptor Bruce «Buddy» Petway, quién cogió robando a Ty Cobb en el único intento que hizo en la serie, además del excelente bateador de poder Pete Hill y Grant Johnson, integrantes todos del poderoso Leland Giants de Chicago de la Negro League.

El público esperaba ver a Ty Cobb en La Habana antes del final de la serie pactada a doce desafíos y que tras la negativa de este a viajar con el equipo perdió el impulso promocional necesario para llenar el estadio, de ahí que a los promotores no les quedara otra que aceptar las pretensiones económicas de Tyrus Raymond Cobb, doblandole los mil dólares garantizados que habían acordado con el resto de jugadores.

grada-del-almendares-park-en-1908-el-26-de-enero
Imagen del año 1908, en el primero de los Almendares Park

La temporada anterior sin él ni Crawford los Tigres habían tenido registro de 4 victorias y 8 derrotas contra los equipos cubanos y cuando se unió a los Tigres en 1910 estos habían ganado tres partidos, perdido igual cantidad y empatado uno por lo cual la expectativa hacía su figura era máxima.

La magia del primer jugador elevado al salón de la Fama no se hizo esperar y al final de la serie los visitantes terminaron con siete victorias, cuatro derrotas y un empate.

José de la Caridad Méndez, el Diamante Negro de Cuba

Lo más destacado de la serie resultaría el duelo final de José de la Caridad Méndez, el Diamante Megro, y la super estrella americana, que se saldó con un hit, un boleto y un ponche, empate técnico en el duelo particular, aunque finalmente ese partido se lo llevarían los Tigres 6 por 3, sin que la reputación del cubano se viese afectada.

jose de la caridad mendez el diamante negro placa hall of fame
La expectación en las casi quince mil almas que abarrotaron el antiguo Almendares Park en el último partido estaba en el duelo José Méndez y Ty Cobb en La Habana, toda vez que en territorio americano era imposible.

Durante la temporada de 1909 con los Cuban All Stars había participado en la Negro League de los Estados Unidos despertando no poca expectación. Los vaticinios de los scouts no estaban desencaminados y Méndez terminaría realizando una primera apertura en la que dejó sin anotar a los Tigres y se apuntó un empate tras lanzar pelota de calidad durante 10 entradas, en cerrada porfía con el as Edgar Summers quien en su temporada de rookie en 1908 marcó el record de efectividad de la franquicia, aún vigente, en 1.64 carreras limpias cada nueve entradas.

La entonces emergente estrella cubana, con 23 años en aquel momento, demostró estar preparado para jugar a cualquier nivel y terminaría siendo exaltado al salón de la Fama del béisbol profesional cubano en 1939 y al de Estados Unidos en 2006.

Ty Cobb en La Habana, polémica y racismo

Volviendo al conflictivo Ty Cobb en La Habana, además de una comentada anécdota que parece ser más cuestión de leyenda que realidad señala que tras ser puesto out robando la segunda base, Cobb, impugnó la distancia entre primera y segunda, demostrando que él tenía razón y que las dimensiones del terreno eran erróneas, pero sobre este tema no hemos encontrado ningún testigo que secunde la anécdota.

almendares-park-en-1908

Pero sobre la presencia de Cobb en Cuba, uno de sus biógrafos Charles Alexander, explica el gran dilema que vivió en su mente con respecto al talento y rendimiento de los jugadores negros que integraban los equipos cubanos:

En los cinco juegos que jugó Ty Cobb en La Habana conectó 7 hits en 19 turnos oficiales al bate para un más que correcto average de ,370 (aunque inferior al ,383 con que ganó ese año la corona de bateo de la Liga Americana). Crawford (la otra gran estrella de los Tigres) promedió ,360 en doce juegos.

En los seis partidos que jugaron contra los Tigres Lloyd bateó para ,500 mientras que Johnson con ,412 de average y Petway con ,390, -todos jugadores negros- tuvieron rendimientos superiores que Ty Cobb.

Los instintos competitivos de la estrella de los Tigres seguramente le hicieron especular sobre cómo afectaría a su rendimiento si tuviera que medirse temporada tras temporada con un talento semejante al que se encontró en La Habana, si a los jugadores negros se les permitía jugar en la liga. De acuerdo con varios testigos, Ty Cobb aseguró que no volvería a jugar contra peloteros negros, a ningún nivel. Nunca más lo hizo.

Ty Cobb del escritor Charles Alexander, edición de la Oxford University Paper, página 99.

Existen más historias de Ty Cobb en La Habana pero algunas de ellas parecen más fruto de la imaginación que de la realidad.

ty cobb fallando un swing en 1913
Ty Cobb falla un swing en el campamento primaveral de 1913

Era indudable que era un jugador de un talento superior, llegó a poseer casi 90 récords de las Grandes Ligas al retirarse, pero su carácter arisco y problemático, además de su marcado racismo, había nacido en el sur de Estados Unidos, marcaron su legado, haciendo de su figura un elemento tóxico para la comunidad beisbolera moderna.