La calle Serrano, también conocida como General Serrano, se extiende desde la calle Serafines en la barriada del Cerro hasta la calle General Lee en el colindante barrio de Santo Suárez, el cual atraviesa de norte a sur y del que constituye una de sus calles más importantes.
Recibió su nombre en honor del militar y político español Francisco Serrano y Domínguez, primer Duque de la Torre, uno de los personajes más influyentes de mediados del siglo XIX en España y que recibiera el apodo de «General Bonito».
Presidente, regente, Francisco Serrano – que fue Capitán General de Cuba y estaba casado con una cubana – se sentía en su salsa quitando y poniendo reyes; hasta que finalmente fue marginado de la política española, por Cánovas del Castillo, quien con toda razón le consideraba un peligro de marca mayor.
Calle Serrano, elegancia en Santo Suárez
Muy estrecha en las apenas tres manzanas en las que discurre en su tramo cerrense, junto a la antigua fábrica de galletas La Estrella, la calle Serrano se ensancha notablemente tras partir en dos el llamado «Malecón sin agua», ese gran muro que se levanta a ambos lados de la trocha en la que se construyó la Vía Blanca.
Desde allí y hasta General Lee, la calle Serrano se destaca por ser una de las más, sino la más ancha, entre las calles interiores de La Habana, pues fue concebida como calle comercial y de paseo para el que antaño fuese el muy elegante barrio de Santo Suárez.
La gran mayoría de las casas que se asoman a los anchísimos parterres que adornan este tramo y en los que han crecido exuberantes árboles, se construyeron durante la primera mitad del siglo XX para la clase media cubana que fue – con excepción de la Loma de Chapple – la que habitó el barrio de Santo Suárez.
De ahí que casi todo estos inmuebles no excedan los dos niveles y sean elegantes y confortables sin caer en estridencias innecesarias, ni lujos desmedidos.
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