Miguel Ángel Macau García es un perfecto desconocido en el concierto de las letras cubanas; no porque haya carecido de mérito literario, que alguno tuvo… sino porque las cosas casi siempre resultan así: a la fama llegan unos poquísimos elegidos y al resto les toca el olvido.

Nacido en Matanzas el 1ro de enero de 1886, estudió la primaria y el bachillerato en su ciudad natal antes de, en 1914, graduarse de Doctor en Derecho Civil en la Universidad de La Habana.

Como escribir ha sido siempre en Cuba el oficio del hambre, Miguel Ángel Macau simultaneó su afición por el periodismo con los despachos y los juzgados – que le permitían ganarse la vida – junto al ejercicio de la política (de la que también se ha vivido bastante bien desde que los griegos inventaron la democracia).

Así, ejerció como abogado en su ciudad natal, donde aspiró a un asiento en la Cámara de Representantes por el Partido Popular. Posteriormente se asentaría en la capital del país en la que fue juez municipal en el barrio del Vedado.

En 1934 Miguel Ángel Macau fue designado contador del Comité Ejecutivo de la Asamblea Suprema de la Cruz Roja Cubana, cuya revista «Cruz Roja Cubana» codirigió desde 1937. Ocasionalmente colaboraría también con el periódico Pueblo y el Diario de la Marina.

Escritor polifacético incursionó en la poesía, fue ensayista y escribió algunas novelas cortas, entre las que destacan «Seguro de vida» (1958) y «Se salvaba el amor» (1959). Poseedor de una amplia cultura escribió también trabajos de corte histórico y sobre música.

Tras su retiro continuó Miguel Ángel Macau escribiendo, aunque sin publicar (salvo sobre temas jurídicos y composiciones musicales) hasta poco antes de su muerte ocurrida el 7 de septiembre de 1971 en La Habana, ciudad en la que el Ateneo, del que era socio distinguido le rindió homenaje poco antes de su muerte.

¿Plagió Neruda a Miguel Ángel Macau?

Miguel Ángel Macau hubiese continuado siendo un perfecto desconocido, una curiosidad literaria y un poeta muy menor, de no ser porque su sino se cruzó de la forma más increíble con Pablo Neruda, uno de los poetas más grandes de todos los tiempos.

Resulta que, el 22 de octubre de 1943, Félix Raffán Gómez, un poeta colombiano publicó en el diario La Razón de Bogotá un artículo a doble columna en el que acusaba a Pablo Neruda de haber plagiado su poema «Farewell» del poema Los «Nautas» de Macau.

Con el paso de los años la acusación cayó en el olvido – en 1943 Neruda no había recibido aún el Nobel de Literatura y el mundo tenía problemas muchos más serios que un chanchullo entre poetas – hasta que un librero colombiano llamado Álvaro Castillo, admirador y estudioso de la obra del poeta chileno, dio con el artículo de «La Razón» y se propuso seguirle la pista al supuesto plagió del chileno.

Lo primero fue tratar de localizar el poema «Nautas» de Miguel Angel Macau y comprobar su autenticidad, pues salvo en el artículo de Félix Raffán – que evidentemente no simpatiza con Pablo Neruda, como gran parte de la sociedad colombiana que en 1943 lo recibió con sentimientos divididos – no existía evidencia del mismo en ninguna parte.

Probar o refutar el supuesto plagió se convirtió casi en una investigación policíaca. Álvaro Castillo recopiló durante años en varios países la obra impresa, de escasa tirada y dispersa de Miguel Angel Macau buscando los Nautas; tarea sumamente difícil.

Al final, el poema no apareció; lo que deja dos posibilidades: existió en realidad y no ha sido encontrado, por lo que Neruda habría efectivamente copiado a Macau, aprovechándose de que era un perfecto desconocido; o Félix Raffán Gómez se lo inventó todo en un arranque de envidia y de mala leche.

El librero Álvaro Castillo publicó toda su investigación en un ensayo: «De cuando Pablo Neruda plagió a Miguel Ángel Macau», que se vendió en una pequeña tirada en Bogotá y se presentó en Matanzas, ciudad natal de Macau, en 2017 durante la Feria Internacional del Libro. En una entrevista publicada por el periódico cubano Juventud Rebelde, Castillo deja claro que no cree de ninguna forma que el chileno haya plagiado al cubano:

«Creo que Raffán se encontró unas coincidencias y se inventó otras para acusar a Neruda. Además, el poema que supuestamente se plagió, hasta donde sé, no aparece en ningún libro».

No se puede saber hasta que punto Miguel Ángel Macau tomó parte en la acusación a Pablo Neruda, si acaso tuvo alguna participación; lo que parece poco probable, pues en la prensa cubana de la época no aparece referencia alguna al asunto.


Álvaro Castillo durante la presentación en Cuba de "De cuando Pablo Neruda plagió a Miguel Ángel Macau"

El librero colombiano Álvaro Castillo Granada en el Palacio de Junco, Matanzas en el año 2017, durante la presentación de su libro «De cuando Pablo Neruda plagió a Miguel Ángel Macau».


Todo parece indicar, como sugiere Álvaro Castillo, que Raffán, quien evidentemente conocía a Macau, pues había estado en Cuba y escrito para el Diario de la Marina, buscó un poeta criollo de poco nombre para orquestar la campaña de difamación de la derecha colombiana contra Neruda.

¿Resultado?… Miguel Ángel Macau, el poeta menor, el desconocido, ha salido de su cómodo anonimato para convertirse en una ligera duda sobre la integridad de un Premio Nobel de Literatura. No pasa nada, por supuesto, apenas son chismes…. pero que bombazo sería si alguna vez apareciera el poema Nautas.