Fernando de Zárraga y Moya fue un empresario y arquitecto cubano. Durante la República estableció un estudio junto al también arquitecto Mario Esquiroz Sánchez, con el que se presentó al concurso lanzado por el Colegio de Arquitectos en 1945 para la remodelación de su sede social en la esquina de Infanta y Humboldt.
El edificio original de la asociación profesional, proyectado en 1926 por César Guerra, ya se había quedado pequeño para su cometido, por lo que el Colegio de Arquitectos decidió lanzar un concurso para su modernización que fue ganado por la firma de Zárraga & Esquiroz.
Fernando de Zárraga y el Colegio de Arquitectos
La nueva sede social del Colegio de Arquitectos (misma que ha llegado hasta nuestros días y sin dudas el más importante de los proyectos de Fernando de Zárraga como arquitecto) se inauguró el 13 de marzo de 1947, en homenaje al Día del Arquitecto:
«(…) Consta de semisótano y dos plantas, alberga en su interior oficinas, bibliotecas, salas de recreación, salón de actos y un magnifico vestíbulo con una gran escalera helicoidal que forma un gran espacio a tres alturas y está iluminada por grandes paños de bloques de vidrio. En el exterior se emplearon piedra jaimanita y mármoles cubanos.»
Colegio de Arquitectos II en Arquitectura Cuba
A lo largo de su vida, Fernando de Zárraga simultaneó su labor profesional con una intensa actividad corporativa: En 1934 formó parte como vicesecretario de la Comisión que redactó los «Estatutos», el «Código de Ética» y el «Reglamento» del Colegio Nacional de Arquitectos de Cuba que, desde ese año sustituiría por Ley al Colegio de Arquitectos de La Habana.
Fernando de Zárraga fue, además, propietario inversionista de un edificio de apartamentos de diez plantas en la calle Línea casi Malecón, que en 1955 proyectara su hermano, el también arquitecto Ángel de Zárraga y Moya
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