Dulce María Loynaz y el águila de bronce de su casa de 19 y E de el Vedado. (tomado de Fotos de La Habana).

A finales de la década de 1940, la familia del pintor cubano Luis Martínez Pedro decidió poner en venta su casa ubicada en la calle 19, esquina E en el Vedado.

En 1949 la residencia fue adquirida por la poetisa cubana Dulce María Loynaz. Ella se interesó por esa majestuosa residencia no sólo por sus portales, jardines y árboles, sino por algo que existía dentro de ella: una gigantesca águila, fundida en bronce por un artista japonés y que se encuentra sobre un peñasco rodeada de espejos y debajo de una fuente.

Águila de bronce de la casa de Dulce María Loynaz en su casa de 19 y E
Aguila de la casa de Dulce María Loynaz en 19 y E

El águila fue (según contó Dulce María Loynaz), lo que más le atrajo para tomar la decisión de comprar la casa y tanto fue su interés, que cuando terminaron los trámites legales y los dueños declararon que se llevaban el águila, ella se mantuvo firme y les explicó: SIN EL ÁGUILA NO HABÍA COMPRA DE LA CASA.

¡Por eso la compré!

Forzados por ese anhelo de la poetisa cubana, los Martínez Pedro desistieron y ella pudo comprar la residencia con su águila.

La compra de la casa se concretó en el año 1948, pero la poetisa quiso introducirle algunos arreglos y se trasladó definitivamente para la residencia el 10 de abril de 1950.

Después de adquirida la casa fue a visitarla un alto funcionario de la embajada de Estados Unidos de América en La Habana, para solicitarle en nombre de su gobierno, que le vendiera el inmueble a cualquier precio. Ella le respondió que no la vendía, pero el norteamericano insistió.

Al preguntarle cuál era su interés y el de su Gobierno, este le respondió que era por el águila. Entonces Dulce María Loynaz Le contestó:

Por eso, precisamente, la compré!


Notas

  1. Idea original y dos de las dos fotos interiores de María Polo Vega