Verdaderas obras de arte los unos, sencillos y funcionales los otros; los guardavecinos de La Habana también nos cuentan la historia de la ciudad.

En primer lugar, son evidencia física, de que más allá de lo que quiera endulzar la historia sobre la «honradez» de las personas en tiempos idos, siempre hubo amantes de lo ajeno y gatos de dos patas dispuestos a saltar a cualquier balcón desprotegido.

«Guardavecinos» un aporte cubano a la RAE

Lo primero que hay que decir, en justicia, es que el término «guardavecinos» es un aporte cubano al idioma español. Así lo reconoce la mismísima Real Academia de la lengua:

Guardavecinos: «En Cuba. Reja que separa los balcones o terrazas de casas colindantes.»

Y, por supuesto, como mismo es un aporte al idioma, también lo es a la arquitectura vernácula.

En Cuba, predominaron las rejas de madera dura del país (de las que se conservan valiosos exponentes en La Habana y otras ciudades) hasta el siglo XVII cuando comenzó a utilizarse el hierro forjado.

Fue entonces que se extendió el uso de los guardavecinos, un componente infaltable de toda construcción isleña hasta la primera mitad del siglo XX.

Además de para protegerse de los ladrones, estas rejas de afiladas puntas abiertas en forma de abánico, servían para delimitar los espacios de la propiedad en los balcones corridos y como elemento decorativo.

Con el paso de los años y el triunfo de los cánones modernos en la arquitectura, los guardavecinos dejaron prácticamente de utilizarse al considerarlos parte de un estilo «pasado de moda». Esto coincidió, además, con la desaparición (sobre todo a partir de la década de 1960) de los talleres de forja y el auge de la soldadura de arco eléctrico para la fabricación de rejas.

Revalorizados

Afortunadamente, la excelente calidad de su forja hace a los guardavecinos casi eternos; mucho más duraderos que los mismos edificios que un día estuvieron llamados a resguardar.

Al mismo tiempo, la variedad de diseños y su belleza, fruto de la maestría de los artesanos fundidores cubanos, los ha convertido en los últimos años en objetos de colección y ha potenciado un «comercio de la rapiña» que afecta a los edificios más antiguos de la ciudad.

No resulta extraño hoy encontrarse guardavecinos antiguos decorando anacrónicamente casas en zonas modernas de la ciudad, como consecuencia del comercio de antigüedades y el típico mal gusto de algunos nuevos ricos.

¿Una galería interactiva?

Fotos de La Habana tiene la intención de compartir en esta entrada una galería (que se irá enriqueciendo constantemente) con imágenes de los numerosos modelos de guardavecinos que existen en la ciudad, así como su ubicación.

Todos aquellos que así lo deseen están invitados a participar en la construcción de este archivo enviándonos su fotos de guardavecinos a nuestro correo electrónico o subiéndolas al grupo de Fotos de La Habana (en ese caso deben especificar que desean sumarla a la galería). En todas las imágenes enviadas se reflejará el correspondiente crédito para el autor.


Guardavecinos (Galería de fotos)