Yunel Escobar, el Gambao, solamente jugó cuatro años en Cuba, en los cuales alineó muy poco, sin embargo, luego brilló en las Grandes Ligas durante doce temporadas. Cuando salió de la Isla nadie, salvo él mismo, le auguraba una carrera a semejante nivel.
Escobar nació en La Habana, el 2 de noviembre de 1982, y aunque fue parte de los Industriales que dirigió Rey Anglada su verdadera historia en el beisbol comienza en las mayores, pues en el team azul increíblemente no jugaba casi nunca, pese a que el hombre que estaba por encima suyo a todas luces no era mejor.
En el 2004 Yunel Escobar abandonó el país en balsa, llegando a las costas de la Florida con la suerte de no ser interceptado por las autoridades, por lo que se acogió a la «ley de pies secos, pies mojados» y rápidamente puso manos a centrarse en lo que había ido a hacer, jugar beisbol.
Cualidades tenía para llegar y era consciente de ello, con talento y quizás un pelín de suerte, el Gambao es fichado por los Bravos de Atlanta en la segunda ronda del draft de 2005, nada mal para un momento en que todavía no existía el boom de antillanos que hubo luego. Al respecto, el director de los scouts declaró:
Lo vimos como un talento de alta calidad
Yunel Escobar no les hizo quedar mal, revento las ligas menores y en dos años ya debutaba en la gran carpa, concretamente el 2 de junio de 2007, jugando la tercera base en un choque contra los Cubs.
Yunel Escobar la regadera cubana
Fue un debut espectacular, bateó dos sencillos en cuatro turnos, e impulsó en el octavo inning la carrera de la victoria con un doble, todo lo que un debutante puede soñar. Consciente de ello, al terminar el encuentro declaró:
Esto es lo que soñé cuando me dejé Cuba y vine a los Estados Unidos
Fue especialmente genial porque estaba en una ciudad como Chicago y había mucha gente. Impulsar la carrera ganadora, jugar bien a la defensa y que el equipo gane… no podría haberlo soñado mejor.
Esos dos imparables de aquel primer día sirvieron de avance a la tremenda temporada que tendría, en la cual promedió para un excelente 326 de average, fruto de 104 imparables en 94 desafíos, a más de un hit por juego.
Se mantuvo en Atlanta por cuatro temporadas, en las cuales su rendimiento fue bastante estable, salvo en la última, donde descendió notablemente el rendimiento, y terminó jugando solo setenta y cinco desafíos y promediando 238.
El cambio no se hizo esperar, y fue transferido a los Toronto en el 2010, donde tuvo tres años bastante buenos, promediando por encima de 250 siempre. En su primera semana en los azulejos Yunel Escobar pegó un Grand Slam, repitiendo como jonronero al día siguiente, parecía que tendría una temporada bárbara, pero se lesiono y al final solo puso alinear en sesenta desafíos, pese a ello terminó con un muy buen average de 275, firmando incluso un home run dentro del terreno, jugada muy poco habitual a cualquier nivel.
Muy buena imagen les debe haber causado a los dueños del equipo, pues al año siguiente le renovaron el contrato, con cláusulas que dejaban abierta la posibilidad de una nueva renovación en 2015.
Sin embargo un bajón de rendimiento en 2012 hizo que fuese transferido a los Marlins, quienes inmediatamente lo vendieron a los Tampa.
Los Tampa Rays sabían lo que hacían, pues pese a tener tendencia a las lesiones Yunel Escobar era una regadera, y en siete años en las mayores tenía conectados 827 imparables y promediaba para 282, además de ser considerado un excelente defensor que podía jugar en tercera, segunda o el short stop.
Ese año despachó 130 hits, quedándose a las puertas de los 1000, a los cuales arribó sin problemas en la serie siguiente. En la cual estuvo además nominado al guante de oro.
Yunel Escobar jugó algunas series más, pasando luego por los senadores y losa angelinos, con los que concluyó su carrera en 2017.
Al terminar en la gran carpa había disparado 1501 hits, lo cual en una tabla de 2019 lo ubicaba en el lugar número once entre los cubanos de todos los tiempos.
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