La impresionante mansión de expresión ecléctica de la calle G, No. 160 esquina 9, con su espléndida torre mirador, es un ícono en esta parte del Vedado.
Fue un proyecto de 1918-1919 del notable arquitecto Eugenio Rayneri Piedra, inicialmente para su propia residencia familiar, pero terminó siéndolo del abogado Germán Wolter del Río, su esposa Amalia Rojas y sus seis hijos.
Germán Wolter, empresario y representante
Germán Wolter un activo político y legislador, fue representante a la Cámara por el Partido Liberal desde 1917 a 1933 y una autoridad en materia del Seguro. Desde fecha tan temprana como 1919 había alertado a sus compañeros de ese cuerpo legislativo:
«El negocio del juego transformará a La Habana en una letrina».
Wolter fue también director, en 1923, del periódico El Heraldo de Cuba y entre 1930 y fines del 31, del periódico El Mundo; fue, asimismo, una notable personalidad de la masonería en Cuba, siendo Gran Maestro de la Gran Logia de la Isla de Cuba entre 1931 y 1932.
De mayo a octubre de 1936 fue Secretario de Hacienda en el gobierno de Miguel Mariano Gómez, y donde a través de una propuesta suya, comenzó la primera etapa de la creación de un banco central en el país, lo cual se materializó luego en la Constitución de 1940.
Era propietario del Hotel Mirador en el Balneario de San Diego de los Baños, Pinar del Río, donde falleció en diciembre de 1953. Su viuda continuó residiendo en el palacete de la calle G hasta los años 60.
Me ha dado un gran gusto su articulo el cual agradezco sinceramente.
Esa casa pertenecio a mi familia materma desde 1916 hasta 1962 en que fallecio mi Abuelita siendole la misma expropiada. La casa se ve muy deteriorada pero en cierta medida es milagroso que todavia este en pie despues de tantos anos de abandono.
Hubiera querido que tuviera mejor suerte, inclusive restaurarla a algo parecido a lo que fue en su estilo majestuoso Versalles Tipiico frances muy bien logrado, no escatimaron detalles en su interior siendo muy fiel al estilo de la epoca. Me quedan algunas fotos muy pocas desafortunadamente.
Atentamente, Sylvia Cabana nee Torres Wolter