La Terminal de Ómnibus de La Habana se construyó en un sitio que ya tenía una corta historia en la capital, pues dentro de esa gran manzana de terreno colindante con las avenidas de Rancho Boyeros y 19 de Mayo, frente a la Plaza Cívica, había existido entre 1918 y 1926 el Almendares Park.

Ya desde el año 1937 se gestionaba su creación por la Asociación Nacional de Porteadores, pues el surgimiento de la Carretera Central había aumentado considerablemente el flujo de transporte entre La Habana y las cabeceras de provincias.

No fue hasta diez años después que Menelao Mora en representación de la COA y Rodolfo Antorcha de la Taza por los porteadores, obtuvieron del entonces Ministro de Comunicaciones Alberto Cruz la concesión de un decreto presidencial convocando a subasta para construir el edificio.

Terminal de Ómnibus de La Habana
Terminal de Ómnibus de La Habana vista aérea

Dicho acuerdo establecía como condiciones la gratuidad del servicio tanto para las empresas de transporte como para el pasaje y una cláusula estipulaba que al extinguirse el término de la concesión los terrenos y edificios pasarían al Estado cubano.

Arte, modernidad y elegancia: claves de la Terminal de Ómnibus de La Habana

El cálculo inicial de la obra se estimó en más de dos millones de pesos, donde se incluían los 441 549 pesos de la compra del terreno. Finalmente terminó costando casi tres millones. La subasta le fue adjudicada a los constructores Moenk y Quintana – en diciembre de 1947-, quienes al final de la ejecución fueron auxiliados por el ingeniero José María Pérez Benitoa.

Una vez concluida, la nueva Terminal de Ómnibus de La Habana debía satisfacer el tráfico diario de cuarenta y cinco mil pasajeros y mil quinientos ómnibus.

La Terminal de Ómnibus de La Habana se inauguró el 19 de junio de 1951 -con un viaje hacia la ciudad de Cienfuegos- y fue considerada entonces la segunda más moderna del mundo, detrás de la de Washington.

Un diseño de tres pisos, funcionalmente distribuidos, englobaba todos los servicios que prestaba el centro. La planta baja, con un área de fabricación de 3 767 metros cuadrados fue dedicada al despacho de boletines de las diferentes rutas interprovinciales, salas de espera con aire acondicionado, restaurante, cafetería, bar y otros varios establecimientos comerciales. Los andenes, amplios y ventilados. El servicio de depósito de equipaje e información, se brindaba de forma gratuita.

Terminal de Ómnibus de La Habana
Taquillas de la Terminal de Omnibus de La Habana

Las plantas superiores fueron destinadas a oficinas de la empresa. Contaba además con un amplio sótano con novecientos metros cuadrados de fabricación.

La Terminal de Ómnibus de La Habana ofrecía también algunas ventajas de consideración: regulaba la salida y entrada de ómnibus en un lugar céntrico y relativamente equidistante de las principales barriadas de la capital; contribuía a la descongestión del tránsito al sustraer la afluencia de rutas del interior de la República de las áreas más atestadas de tráfico; proporcionaba mayor comodidad al viajero que ya no debía esperar en locales inadecuados, pequeños y diseminados a los largo de la ciudad; y, por último, un servicio sanitario e higiénico a la altura de las grandes capitales de Europa y América.

Terminal de Ómnibus de La Habana

Los capitales detrás del proyecto

El operador inscrito del negocio era la Terminal de Ómnibus SA. de la cual fue su primer Presidente Amadeo Barletta, a quien sustituyó Francisco Vidal Más. Hacia 1958, además de Vidal Más, formaban parte de la Junta Directiva, Enrique Gancedo Toca (que había aportado el terreno en que se construyó), Evaristo Vicente Méndez, Eugenio de Sosa Chabau, Luis de Sosa y Fra.

Sin embargo, pese a lo necesaria que era, lo moderno de su trazado, y que recibía un por ciento de las recaudaciones de las rutas, el desempeño económico de la Terminal de Ómnibus de La Habana no era bueno y en unos pocos años ya enfrentaba fuertes pérdidas y una deuda hipotecaria de más de un millón de pesos.

Fue nacionalizada después de 1959, pasando a ser administrada por el Estado cubano. Desde entonces, su estructura ha sufrido algunas modificaciones, pero continúa siendo muy semejante a su construcción original.

Terminal de Ómnibus de La Habana
Foto donde se aprecia el ya inexistente reloj de la Terminal de Ómnibus de La Habana.

Aunque el número de salidas varía según la disponibilidad de medios técnicos, los destinos interprovinciales más estables de la Terminal de Ómnibus de La Habana son hacia:

. Aguada de pasajeros
. Amancio
. Antilla
. Banes
. Baracoa
. Bayamo
. Cabaiguán
. Camagüey
. Ciego de Ávila
. Cienfuegos
. Colón
. Consolación del sur
. Cumanayagua
. Guantánamo
. Holguín
. Jagüey Grande
. Jovellanos
. La Palma
. Las Tunas
. Los Arabos
. Manzanillo
. Matanzas
. Mayarí
. Moa
. Nuevitas
. Pedro Betancourt
. Pinar del Río
. Puerto Padre
. San Juan y Martínez
. San Antonio de las Vueltas
. Santa Clara
. Santiago de Cuba
. Santi Spiritus
. Trinidad
. Varadero.