Rosa Kruger es acaso la más infortunada de todas las poetisas desconocidas, está habanera poeta y traductora de altos vuelos -si creemos a voces tan autorizadas como José Antonio Cortina y Ramón Zambrana-, muere joven, -triste infortunio de jóvenes talentosas como su coterránea Juana Borrero– el 4 de abril de 1881 a los 34 años.

Poemas suyos aparecieron en revistas y diarios de importancia como: «El Siglo«, “El Occidente”, “La Guirnalda¨ y “Revista de Cuba«, sobre todo en sus últimos cuatro años, lo que hace pensar que fue una poetisa que maduró tarde, o que tuvo que enfrentar obstáculos para darse a conocer. En ningún caso podemos decir, -y como se aprecia en sus versos- que tales hechos se hayan debido a falta de calidad:

De la labor poética de Rosa Kruger dijo el Dr Cortina:

¡triste privilegio de los que se quedan!… guardan entre sus más tiernos recuerdos la memoria de tan tierna poetisa!

José Antonio Cortina

Lo cierto es que aún en los inicios del siglo XX -mas concretamente en 1926- cuando Dolores Coronado publica el libro «Álbum pictórico fotográfico de escritoras y poetisas cubanas» la nota referente a dicha poetisa es de las más escuetas, sin que se consignen siquiera quienes eran sus padres.

Sus versos completos lograron ser salvados gracias a una suscripción -encabezada con 300 pesos por Cortina en su Revista de Cuba- que reunió los fondos para publicar en un tomo sus versos completos

Rosa Kruger. Poetisas desconocidas
Rosa Kruger

En el prólogo de la obra dice el doctor Cortina lo siguiente:

Las ideas levantadas, los sentimientos purísimos, y los sueños candorosos vienen a ser como el aliento de sus versos y ¡ como el perfume de su alma!

Ella voló a la región inexplorada, de cuyos lindes no ha vuelto ningún viajero. Cuantos en vida la admiraban…».

Poemas de Rosa Kruger

Orillas de un arroyo
(Fragmento)
Bello es soñar cuando la luz del día se ve palidecer,
y de los montes en la cima umbría
fugaz atardecer.
Bello es soñar en retirado asilo
de calma y de quietud,
cuando palpita el corazón tranquilo
en plena juventud.
Las Flores
Gloria y ornato del suelo
Por su pompa y sus colores,
Como los astros del cielo
Son a los prados las flores.

¡Cómo la vista se esparce
Al ver a orillas del río,
Lucir como un rico engarce
Entre el musgo su atavío!

Tal parece en su vaivén,
Brindarles la linfa pura,
Con lágrimas de ternura,
Suspiros de amor también.

Hijas dulces, predilectas,.
De la hermosa creación,
Entre sus obras perfectas,
Ellas maravillas son.

Su belleza al ave inspira,
Que canta alegre, dichosa,
Y libre revuela y gira
Sobre la encendida rosa.

Y el céfiro, trovador,
Que en las ramas gime y llora,
¿No es el rendido amador
Que sus favores implora?

Yo las amo y las admiro,
Ya broten en la pradera,
Ya en la verde enredadera
De un apacible retiro.

Por eso adorno con ellas
El muro de mi ventana
Y las miro en la mañana
Y a la luz de las estrellas.

Y si alguna se marchita,
Me entristezco, y me parece
Que es un alma que padece
Y un corazón que palpita.
AL 5R. BRIGADIER D. FRANCISCO
DE ALBEAR Y LARA
(Autor de las obras del Canal de Vento)

Dulce es templar la lira armoniosa
Y cantar de los héroes las hazañas,
O los dones que vierte generosa,
Naturaleza en prados y montañas.

Grato es rendir al genio del artista,
Que con mágica tinta inspiradora,
Seduce el corazón, pasma la vista,
La noble admiración que la es deudora.

Mas si la ciencia con celeste mano,
Realiza de alto bien grandiosa idea,
Entonces el mundo al trovador galano,
Tema no ofrece que tan bello sea.

Vibre sonora y suave el arpa mía,
De su inexperto numen a despecho,
Y venza en su esplendor la fantasía
De la obligada rima el lazo estrecho.

Pues celebrar pretende la alta gloria
Que tu constancia, Albear, tu genio alcanzan,
Y le estimula el himno de victoria
Que en tu loor los trovadores lanzan:

Llene tu corazón júbilo santo,
Hoy que tu afán la Patria galardona,
Y si unido a su voz suena mi canto,
Tú mi atrevida admiración perdona.