La Plaza Carlos J. Finlay o Plaza del Obelisco se encuentra frente a la entrada de Ciudad Libertad, en la rotonda que conforman la Avenida 31 y la calle 100. Concebida en la década de 1940 como «Centro Cívico» de Marianao, a su alrededor se construyeron varios de los edificios más representativos de ese término municipal.

Oonsiderada como monumento local – y así registrada en el inventario de bienes patrimoniales de Marianao – la hoy Plaza Carlos J. Finlay se construyó en en 1944 y originalmente se denominó como Plaza 4 de Septiembre, en honor a la «revolución de los sargentos», ocurrida en igual fecha, pero del año 1933.

Fulgencio Batista, que ya finalizaba su mandato constitucional, encargó el proyecto a uno de sus hombres de mayor confianza, el arquitecto José Pérez Benitoa (quien terminaría por ser, además, su yerno y uno de sus principales testaferros).

Pérez Benitoa concibió una plaza elipsoidal frente a la entrada principal del Campamento de Columbia, justo donde se cruzaban las entonces avenidas de Columbia (hoy 31) con la Avenida Menocal (hoy calle 100). Debido al intenso tránsito existente la plaza se proyectó con un sentido más vehicular que peatonal e incluyó una rotonda en cuyo centro se construyó el famoso Obelisco que, con el paso de los años ha devenido en uno de los símbolos del municipio Marianao.

Alrededor de la Plaza se construyeron cuatro monumentales edificios de estilo art deco como el Obelisco: la Escuela Normal de Kindergarten, la Escuela del Hogar, el Centro Escolar Flor Martiana y el Hogar de Ancianas Conchita Gómez; todos rodeados de bancos y jardines.

Plaza Carlos J. Finlay en el Centro Cívico de Marianao
La Plaza 4 de Septiembre (luego Plaz Carlos J. Finlay) poco antes de su inauguración en 1944

De la Plaza 4 de Septiembre a la Plaza Carlos J. Finlay

Todo el conjunto monumental se inauguró con gran fanfarria el 4 de septiembre de 1944, pero apenas un mes después el Dr. Ramón Grau San Martín se convirtió en presidente de la República y le dio vuelta a todo.

Grau, que no sentía simpatía alguna por Batista, decretó que la recién inaugurada Plaza 4 de Septiembre fuera renombrada como Plaza Carlos J. Finlay, en honor al sabio cubano, vencedor de la fiebre amarilla. Así mismo, ordenó que se retiraran los bajorrelieves alusivos a las fuerzas armadas de la República que decoraban el Obelisco.

Con la decisión del presidente Grau nacieron algunos equívocos que han llegado hasta hoy. Los dos más extendidos son: que el conjunto monumental se erigió con el propósito de honrar la gloria de Finlay (lo que es incierto, pues se construyó para glorificar a la «Revolución de los Sargentos»); y que el Obelisco tiene la forma de una jeringuilla, también en honor a Finlay, lo que no tiene sustento alguno más allá del imaginario popular.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 el nuevo gobierno de la Isla mantuvo el nombre de Plaza Carlos J. Finlay, aunque varió el uso de tres de los cuatro edificios circundantes, de los cuales sólo el Hogar de Ancianas Conchita Gómez mantuvo su función original, aunque fue renombrado como Asilo Hermanas Giral.