Si una frase ha sido recurrente a lo largo de la historia cubana es «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo«. Distintos contextos han sido bautizados por el pueblo con esta frase y no debe extrañar al lector que haya sido adjudicada a algún que otro personaje público de trascendencia política.
La sempiterna actualidad de la frase «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo» hace difícil de rastrear su origen. La leyenda oral de nuestros mayores la hace permanecer en los episodios oscuros para la nación cubana; en los terribles días de «la crisis de los balseros», «Camarioca», «el Mariel» e incluso, erróneamente, he visto referencias a esta frase en aventuras como «Los pequeños fugitivos» estrenada en el año 2001 con Frank González, Kike Quiñones y otros conocidos actores.
Sin dudas la popularidad y el contexto en el que se desarrolla esta aventura ha llevado a la confusión de algunos internautas que la confunden con la telenovela Al compás del Son donde un personaje la convirtió en sambenito cotidiano.
Lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo
Buceando en el tiempo algunas referencias adjudican «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo» al general Francisco Tabernilla Dolz, uno de los hombres más importantes durante la dictadura de Fulgencio Batista (1952-58), pero aunque el veterano Pancho pudo haberla usado en algún acto público quien esto escribe no encuentra evidencia de ello.
En el sitio web Aporrea.com el columnista Rafael Enrique Chacón firma un artículo donde va más allá y señala al conocido miembro del partido comunista cubano, Genaro Cajiao, como el autor de esta frase. Su referencia es un artículo o columna que tuvo éste en el periódico Noticias de Hoy, concretamente relacionado con los sucesos del golpe de estado de Batista de marzo de 1952.
En los números de este periódico disponibles en la Biblioteca Digital del Caribe (DLOC) correspondientes al año de 1952 no he encontrado dicho artículo, aunque por el contexto y la filiación de Cajiao perfectamente pudo escribir un artículo usando dicho refrán como base de su tesis pero no por ello se le puede considerar «el autor» de «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo» pues otra figura pública, el presidente Ramón Grau San Martín la hizo famosa en varios de sus discursos.
Aprovechando la mención del «Divino Galimatías» de Grau San Martín y sus orígenes políticos seguimos retrocediendo en el tiempo y nos vamos hasta los años treinta, cuando en la peor época para el gobierno dictatorial de Gerardo Machado, se le carga al general Alberto Herrera la dichosa frase. Otras fuentes se le adjudican al italiano elegante y mambí romántico de Orestes Ferrara, sin embargo también existen testigos orales que la vinculan a los elementos estudiantiles y revolucionarios (más cercanos al ambiente del que emergería Grau).
Aunque sin constancia escrita la memoria a veces no es más que un laberinto mentiroso. Sin embargo, este enfoque donde las fuerzas de oposición observan con optimismo una situación peligrosa, tendría más sentido que achacarle la frase a algún partidario del desgobierno final de Machado.
¿Cubana o universal?
La frase en cuestión «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo» alude directamente a la inminencia de una solución satisfactoria producto de las vicisitudes provocados por la propia situación adversa. Simplificando el complejo entramado filosófico que afirma que los extremos tienden a acercarse y que otras frases más poéticas («de la noche más oscura surge la luz más clara») convierten en un eterno desafío a los problemas y en alegato de esperanza permanente.
En el caso cubano la cuestión parece enraizada seriamente dentro de los refranes más populares y conocidos por la población, de ahí la complejidad de datar su origen. Lo más antiguo que he podido encontrar con respecto a la frase «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo» proviene de un discurso de 1893 del consumado autonomista Rafael Fernández de Castro, una de las figuras públicas más importantes de dicho partido y gobernador de La Habana durante la breve experiencia autonomista del año 1898.
Fernández de Castro, connotado polemista y representante por Santa Clara en las Cortes madrileñas, la usa para significar la compleja situación cubana ante el ambiente separatista, impulsado por el Partido Revolucionario Cubano de José Martí y otras figuras independentistas como Manuel Sanguily.
La tensión más que evidente entre las principales figuras intelectuales del espectro político cubano (simplificado en las tres corrientes principales: integrista, autonomistas e independentistas) sumado a las nefastas políticas coloniales desarrolladas por el Ministerio de Ultramar lo llevaron a decir en el teatro Tacón:
Mientras tanto en calidad de espectadores podríamos contestar satisfechos al que nos preguntase en las calles:
-¿Qué hay de bueno?
-Hombre, lo único que hay de bueno es lo malo que esto se va poniendo.
Discurso del 13 de enero de 1893, reproducción taquigráfica de La Discusión
Eufórico en ese discurso señala además que «en los dos últimos años han cambiado las cosas de tal modo y han obtenido nuestras doctrinas tan gran éxito, que francamente, si la autonomía fuese veneno, ya en este país todo el mundo estaría intoxicado«. Ante estas palabras la ovación y la risa sacudieron el teatro Tacón, símbolo del poder colonial por antonomasia en la ciudad.
Si bien no podemos saber el verdadero alcance del autonomismo en el interior del país en detrimento del independentismo, lo curioso aquí es el uso de la frase «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo» por parte de un político mucho antes que todos los mencionados anteriormente.
Parece fácil discernir que adjudicarle a Fernández de Castro la autoría de «lo bueno que tiene esto es lo malo que se está poniendo» no sería más que errar nuevamente el tiro, pues él mismo la usa como respuesta automática para un contexto particular. Por tanto, nuestra duda sobre la autoría de dicho proverbio, extendido además a otras tierras americanas, no parece acabar en él. De momento nos detenemos aquí, con la certeza de que seguiremos investigando.
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