La Lucha fue un periódico cubano de carácter nacional que se editó en La Habana a partir de 1885. Fundado por el español Antonio San Miguel, se caracterizó siempre por su línea moderada, pero muy crítica hacia los funcionarios venales, lo que les valió no pocas censuras y malos ratos a su director y sus redactores.
Se puede afirmar que La Lucha fue la continuación de otros diarios fundados por Antonio San Miguel después del Pacto del Zanjón en 1878, y que la censura española (a pesar de la libertad de imprenta decretada) iba suprimiendo en la misma medida en que les mortificaban.
Cada vez que esto sucedía, San Miguel que poseía una voluntad de hierro cambiaba el nombre del periódico y evadía cualquier responsabilidad judicial.
Así, tras la firma del armisticio que puso fin a la Guerra Grande se fundó el periódico La Libertad, dirigido por el ilustre juriconsulto Adolfo Márquez Sterling, que puede ser considerado el primer antecedente de La Lucha. A este seguirían La Discusión (1879 y dirigido también por Márquez Sterling) y El Combate (1883), El Tonto (1883), El Palenque (1883), La Protesta (1884), La Palanca (1884), La Reforma (1885), y ya definitivamente La Lucha, a partir del 25 de agosto de 1885; todos dirigidos por Antonio San Miguel.
La Lucha del periódico La Lucha
En 1894, el periódico La Lucha comenzó una revolución dentro del negocio del periodismo al establecer el sistema de esterotipia e instalar una formidable rotativa Derrier de fabricación francesa.
Una década después adquiriría una nueva rotativa Walter Scott en los Estados Unidos, máquinas de Lynotipo y mejoraría las condiciones del taller de esterotipia.
Contó La Lucha siempre con el concurso, ya fuera como redactores o colaboradores, con las plumas más brillantes de la época. En él escribieron periodistas, patriotas e intelectuales de la talla de Enrique José Varona, Rafael Montoro, Manuel Sanguily, Félix Ósea, Manuel Linares, Felipe López de Briñas, Francisco Giralt, Alfredo Martín Morales, Matías Padilla, Maidagán, Gastón Mora, Arturo Mora, Antonio Rivero, Alzamora, Santos Villa, Néstor Carbonell, Manuel Varela Zequeira, Juan Gualberto Gómez, Aniceto Valdivia, Modesto Morales Díaz, Antonio Escobar, Cándido Díaz, Francisco Daniel, Pedro González Muñoz o Miguel de Carrión, entre otros.
El fundador y director de La Lucha, Antonio San Miguel fue un gran amigo del Mayor General Antonio Maceo que, al igual que otros muchos patriotas, se fijaban de él, a pesar de ser español, más que de muchos que hacían alardes vanos de cubanía.
Finalizada la Guerra de Independencia y establecida la República, el director de La Lucha fue electo representante a la Cámara por la provincia de Pinar del Río. Tomó posesión de la responsabilidad que el pueblo le había encomendado, pero renunció a recibir los emolumentos que como miembro del Congreso le correspondían, destinándolos a la educación de los niños de la provincia que representaba.
En marzo de 1909 fue nombrado administrador general del periódico La Lucha el señor José Hernández Guzmán, quien continuó la obra iniciada por Antonio San Miguel. Durante su gestión se adquirió una tercera rotativa, del mismo fabricante norteamericano al que habían encargado la anterior, nuevos y mejores lino tipos, y los edificios No. 82, 84 y 86 (numeración antigua) de la calle Amistad, en la que establecieron los talleres del períodico, que abandonaron su antigua sede de Obrapía No. 24.
El periódico La Lucha contaba con servicio cablegráfico propio, lo que le permitía el acceso inmediato a las noticias internacionales; corresponsales en todas las provincias del país y redactores corresponsales en Nueva York, Madrid y París.
En sus talleres de la calle Amistad, se editaron a lo largo del tiempo, además, los diarios La Noche, El Imparcial y La Opinión (que fuera vocero del Partido Popular Cubano del presidente de la República Alfredo Zayas Alfonso).
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