El ya olvidado Puente de Cotilla se mantuvo en la Calzada del Cerro, entre las calles Palatino y Zaragoza (al lado del cine Maravillas), y servía para salvar el obstáculo que imponía a la circulación el cauce de la también desaparecida Zanja Real.


Puente de Cotilla Calzada del Cerro
Lugar donde antiguamente se encontraba el Puente de Cotilla

Primer Puente de Cotilla

Recibió el nombre de Puente de Cotilla por una familia que se avecindó en sus inmediaciones y era el primero de una serie que, en las inmediaciones de las cuadras de la acera noroeste de la Calzada del Cerro permitían cruzar uno de los ramales que llevaban agua a La Habana desde el río Almendares.

No se conoce la fecha exacta de su construcción, pero debió ser contemporáneo a la puesta en funcionamiento del primer acueducto habanero. Sí se sabe con certeza que el más antiguo era de madera y que duró hasta 1826 en que colapsó o quedó inutilizado por causas no precisadas.

Segundo y tercer Puente de Cotilla

Construyeron entonces las autoridades españolas uno de carácter provisional que existió hasta 1830 y dio paso al nuevo y definitivo puente que sobreviviría hasta bien entrado el siglo XX.



Junto al puente, que costó 1298 pesos fuertes, y era, este sí de buena mampostería, se mejoró el cauce de la Zanja Real para que corriera sin dificultades bajo él, al menos hasta el cercano Molino de Garrich.

Amante como siempre fueron las autoridades españolas de dejar grabadas en piedra las señales de las ocasionales obras públicas que construyeron en casi 400 años de dominación sobre Cuba, colocaron una tarja en un costado del Puente de Cotilla en la que se podía leer lo siguiente:

EN EL REINADO

DE NTRO CATOL MONARCA

EL S. D. FERNANDO VII

(Q. D. G.)

SIENDO GOB. DE LA HABANA

EL EXM SOR

DON FFRANCISCO VIVES

Y PRIOR

DEL REAL CONSULADO

EL EXM. SR.

CONDE DE BUENAVISTA

SE EDIFICO ESTE PUENTE

BAJO LA DIRECCIÓN

DEL S. DIPUTADO

ANTONIO TOSO

AÑO DE 1830

Aunque curiosamente en la actualidad, y sobre todo en España, el término «cotilla» tiene un uso muy extendido que puede inducir a errores. Según la RAE:

1. f. Ajustador que usaban las mujeres, formado de lienzo o seda y de ballenas.

2. m. y f. coloquial. Persona amiga de chismes y cuentos. U. t. c. adj.

Así que cuando uno menciona al desaparecido Puente de Cotilla algunos lectores pueden pensar erróneamente que este era «el puente de los chismosos».