Hacia 1836 se levantaba la y Fuente de los Sátiros o de las Flores casi al nivel de la entrada principal a la Quinta de los Molinos, en el Paseo de Tacón (actual Carlos III), simulando un templo griego sin almohadillado y embellecido con cuatro columnas rectangulares y relieves equidistantes entre sí.
Remataba la del centro, de doble capitel, una copa marmórea de tamaño heroico. Sobre cada una de las columnas, dos faunos o sátiros de mármol al este-oeste y dos leones durmientes, al norte y al sur, le conferían cierta elegancia al conjunto.
De la Fuente de los Sátiros a la diosa Pomona
Tenía la Fuente de los Sátiros una gran taza circular donde ocho caños vertían sus aguas y estaba ornamentada con cuatro vasos etruscos rebosantes de flores, sobre igual numero de pedestales aislados.
La circundaba una verja de madera y en su exterior, varios postes y cadenas impedían acercarse.
Andando el tiempo la urna central de mármol con la copa desapareció y fue reemplazada por una estatua fundida de la diosa Pomona, armada de su legendaria cornucopia.
Todavía sobreviven de la antigua Fuente de los Sátiros, los propios sátiros y los leones durmientes que se exponen en la antigua casa del alférez Francisco del Pico en la calle Amargura, No. 56 en la Habana Vieja.
Nota:
Gracias a Cesar O. Gómez por su precisión.
Comentarios Recientes