La ya casi extinta costumbre de realizar captaciones en las escuelas primarias, fueron la causa del surgimiento del «gimnasta perfecto«, apelativo otorgado en Winnipeg al gran Erick López.

Tenía seis años de edad cuando a su escuela en Centro Habana llegaron profesores de la Academia de Gimnasia, ubicada entonces en Prado y Trocadero, el pequeño Erick López, proveniente de una familia de deportistas hizo el grado. Tan solo un chiquillo más, de tantos que por entonces ingresaban en las instalaciones deportivas.

Andando el tiempo, venciendo escollos, y a fuerza de talento, Erick López se convertiría en el máximo medallista en Juegos Panamericanos y primer latinoamericano en conseguir una presea del orbe en la especialidad.

Erick López el Dios de la Gimnasia

Erick López nació en La Habana, el 29 de diciembre de 1972, y aunque provenía de una familia de practicantes de deportes ninguno se había decantado por la gimnasia.

Con seis años llegó al gimnasio de Centro Habana y entonces comenzó todo, realizó el tránsito por todas las categorías y con diez años entró a la escuela nacional de Belascoaín y Sitio. Tres años después debutaba en un su primera competencia internacional.

Erick López tuvo que vencer resquemores cuando, en 1987, formó parte del equipo nacional. Cuba tenía una larga data de gimnastas altos, como Casimiro Suárez, con quién Erick compartió competencias, por lo que un muchacho de un metro y sesenta y tantos centímetros levantaba dudas. Pero bien pronto el muchachito las disipó.

Erick López

En 1990 Erick López comenzó su cosecha,  fue en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de México, donde obtuvo oro en caballo con arzones y plata en el all-around. Era el inicio de una cosecha que se extendió hasta el 2004.

Habana 91

Muchos sitios reseñan que cuando Erick López compite en La Habana aún no había cumplido los diecisiete años, más según su ficha en el sitio ECURED Erick López nació en 1972, por lo que lo correcto sería decir que aún no cumplía diecinueve años cuando se volvió Campeón Panamericano.

En la cita de La Habana, paradójicamente, la Gimnasia se lanzó en Santiago de Cuba, en ella Erick obtuvo doradas en tres modalidades, incluida el agotador all-around, dándose a conocer con fuerza en un deporte donde muchas veces las calificaciones dependen de tu grado de reconocimiento mundial.

En entrevista concedida al sitio opciones.cu Erick López declaró al rememorar ese momento:

la verdad es que no podía imaginarme lo que vendría después.

En total lograría veintidós medallas en cita continentales, repartidas en: dieciocho doradas, tres plateadas y un de bronce. 

Su carrera, que se extendió hasta el 2004, es más que números, pues detrás de muchas de esas medallas hubo grandes lesiones, jornadas de consagración total aún fuera de los ciclos competitivos.

Tal vez el caso más llamativo sea el de los  Juegos Panamericanos celebrados en Winnipeg 1999, a ellos Erick López acudió casi sin poder apoyar el pie, ¿se imaginan un gimnasta que no pueda apoyar un pie? 

Las dudas eran grandes, salvo él y su entrenador -Ernesto Izaguirre- prácticamente nadie más creía en sus posibilidades de éxito. Sin embargo, al término de los juegos, la prensa terminó apodándole «el gimnasta perfecto«.

Todo comenzó semanas antes de la partida, una lifangitis le impidió entrenar un día, y otro, y otro, los médicos le impusieron un tratamiento, pero los juegos estaban cerca y Erick López se desesperaba, entonces vio un atajo:

Vi un puntico rojo, tomé la punta de una tijerita que tengo en un llavero, sin desinfectarla, y me pinché para que todo saliera por ahí…

Tremendo, empeoró notablemente, apenas podía apoyar el pie, y la partida era ya inminente. Se decidió llevarlo, esperando que mejorara en el transcurso de los días. Pero el vuelo lo dejó muy mal parado, adolorido y en malas condiciones físicas, solo pudo entrenar dos días antes del inicio.

Ganó medalla de oro en anillas, barras paralelas, caballo con arzones, all-around y  por equipos, más plata en barra fija. Fue coronado Rey de la Gimnasia por la prensa local, la cual además lo bautizó como el hombre perfecto.

En el 2001 obtiene plata en el Mundial de Gante, Bélgica,  en las barras paralelas. Entonces pensó en retirarse. Tenía casi treinta años, pero aunque estaba en óptima forma ya vivía tiempo prestado en un deporte como ese, por lo que irse a lo grande era una idea tentadora. Su mujer y su entrenador le convencieron de que podía esperar a Santo Domingo y hacerse con el récord panamericano, solo faltaban dos años.

Erick López

Veinticuatro meses más tarde, en los Juegos Panamericanos de Santo Domingo 2003, Erick López obtuvo seis de oro y nuevamente fue el rey absoluto.

Se retiró un año más tarde, y aunque siguió vinculado a la gimnasia en años no volvió a probar un aparato. Realizó una maestría en Europa y descubrió un nuevo amor, la narración deportiva.