El Centro Médico Quirúrgico era una clínica privada con edificio propio de tres pisos, 50 habitaciones (la mayoría con baño y aire acondicionado) y cinco salones quirúrgicos, sita en D y 29 en el Vedado, en La Habana.

Era una de las dos clínicas utilizadas por las clases ricas del país cuando no se trasladaban al extranjero para atender sus dolencias. En sus salas fueron intervenidos quirúrgicamente algunos miembros de las familias más poderosas de Cuba como José Gómez Mena, José Miguel Tarafa o Laureano Batista Mendoza.

Sus propietarios se agrupaban en una Junta Consultiva integrada por el Dr. Ignacio Alvaré Gómez, su presidente, el Dr. Grau Triana, vicepresidente; el Dr. Julio Sanguily Quintana, tesorero, director facultativo y principal accionista; y los vocales Dr. Ricardo Repilado Reguefueiros, Miguel Merry Ruis de Villa, Dr. Orlando Fernández Ferrer; Dr. Alberto Borges Recio y el Dr. José Urrutia Porto.

Centro Médico Quirúrgico de La Habana
El lujoso edificio del Centro Médico Quirúrgico en 1948

El negocio se había iniciado en 1932 como un consultorio privado en Línea y D, trasladándose luego para Línea y G, ya como clínica privada, hasta 1948 en que inauguró su nueva sede: el Centro Médico Quirúrgico a un costo de 400 000 pesos.

Centro Médico Quirúrgico un edificio con premio

El edificio fue diseñado por el arquitecto Max Borges Recio y recibió la Medalla de Oro del Colegio Nacional de Arquitectos de Cuba correspondiente al año de 1948.

El problema que tuvo que resolver el arquitecto Max Borges Jr. fue el de una clínica con capacidad para 40 camas que tuviese además, un centro quirúrgico, con todos los adelantos de la época y preparada para una ampliación de 20 camas más, dentro de un terreno triangular que forma esquina con las calles 29 y D, en las cercanías del lugar donde se construía la llamada ciudad hospitalaria de La Habana.

La composición de estilo moderno, con todos los requisitos que requerían esta clase de establecimientos, fue orientada por el arquitecto Max Borges con el fin de obtener la mayor ventilación y un asoleamiento moderado, alejándola al máximum de los edificios vecinos, colocándola hacia el fondo en sentido diagonal; de esta forma obtenía el mayor volumen de aire al frente y una correcta exposición de los cuartos de enfermos y de la planta de las salas de operaciones.


El Centro Médico Quirúrgico presentaba las condiciones de originalidad, belleza y utilidad práctica que lo destacaban entre sus similares de la ciudad:

La distribución, por ejemplo, presentaba varias innovaciones, entre ellas la colocación de los servicios generales en una última planta, donde se encontraban situados los comedores, cocina, pantry, preparación de alimentos, despensa, lavandería y cuarto de calderas; esta disposición alejaba los olores de la comida, el calor, el humo y hasta los insectos, a la vez que evitaba las visitas inesperadas a la servidumbre.

Todo el edificio estaba resuelto en fachada, con un pequeño cuerpo saliente perfectamente funcional para la entrada de vehículos y ambulancias; en su alto paramento con un muro ciego montado sobre finas columnas de acero sólo le concedió el arquitecto, como detalle decorativo, los balcones del ángulo. En este cuerpo están situados, en los pisos superiores, los salones de espera, en los cuales, con materiales apropiados y dos generosos ventanales logró soluciones felices. 


El decorado interior del vestíbulo de entrada, escalera principal, hall del elevador, así como la oficina y el decorado de los salones de espera de los distintos pisos, constituían verdaderos aciertos. Un tratamiento de materiales que absorbían el ruido hacían confortables los salones de espera. En uno de ellos, un rincón aislado por cristales permitía la exposición de la “nursery” sin molestias para los niños.

La planta del centro quirúrgico, con sus diversas salas de operaciones, cuarto de anestesia, esterilización, lavabo de los médicos, etc. y otro local debidamente aislado para los familiares de los pacientes se resolvió con los últimos adelantos.

En el edificio el Colegio de Arquitectos colocó una placa donde se le reconocía como ganador de la Medalla de Oro otorgada por la asociación profesional cubana en 1948.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana el Centro Médico Quirúrgico fue nacionalizado por el nuevo gobierno cubano. En 1962 su edificio fue destinado para ser la sede del Hospital Neurológico que luego se convertiría en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía que aún ocupa el inmueble.

En las últimas décadas el edificio del antiguo Centro Médico Quirúrgico ha sido víctima de varias ampliaciones que han alterado sus valores patrimoniales y que han sido muy criticadas por los especialistas [1].

Notas:

[1] Martín, María Elena. Escuchar la Arquitectura. No. 1 de 2009.