La Clínica San Juan Bosco era una clínica mutualista situada en la calle Monte No. 1065 entre Romay y Fernandina en el barrio del Pilar.

Pertenecía la Clínica San Juan Bosco al Instituto Clínico Médico Martínez Corpas al que se integraban también otras dos instituciones de carácter mutualista: las clínicas «Divino Corazón» (muy cerca, en la calle Omoa) y «Nuestra Señora de Lourdes» en el barrio de la Víbora.

Clínica San Juan Bosco
Publicidad del Instituto Clínico – Médico Martínez Corpas en el que aparece una versión muy estilizada de la Clínica San Juan Bosco en Monte 1065 (Directorio Médico 1954)

Clínica San Juan Bosco del Instituto Martínez Corpas

Como todas las clínicas mutualistas, la Clínica San Juan Bosco se encontraba a disposición de sus asociados, a los que ofrecía servicios de cirugía, rayos x y fisioterapia, además de consultas de pediatría, ginecología, cardiología, ortopedía, oftalmología, otorrinolaringología, dermatología, urología, proctología, vías respiratorias y digestivas, psiquiatría, radiología y medicina general.

Sus 60 habitaciones contaban con baño privado, closet, música indirecta y serviciode elevador, y los pacientes y el personal tenían a su disposición servicio de elevador, una cafetería y una farmacia con turno permanente.

A inicios de la década del 50, la Clínica San Juan Bosco inauguró su moderno edificio de la calle Monte que desde entonces se convirtió en la bandera y el orgullo del Instituto Clínico Médico Martínez Corpas. Sus excelentes salones quirúrgicos, equipados con la técnica más moderna, no sólo eran utilizados por los médicos de la institución, sino que a menudo eran alquilados por los galenos que ejercían la medicina de forma independiente.

Para poder disfrutar de todos los servicios de la Clínica San Juan Bosco, Divino Protector y Nuestra Señora de Lourdes, los asociados debían pagar una cuota mensual que oscilaba entre los 2.50 y los 3.00 pesos.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, el Instituto Clínico Médico Martínez Corpas se disolvió; la mayoría de sus médicos abandonaron el país y las tres clínicas fueron nacionalizadas.

Mientras la monumental «Nuestra Señora de Lourdes» se convertía en la casa de la cultura de 10 de Octubre, la Clínica San Juan Bosco mantenía su vinculación con la práctica médica y era renombrada como Policlínico Abel Santamaría.