El cine Cervantes era un cine de barrio que se encontraba situado en la calle Lamparilla No. 312 entre Habana y Compostela en La Habana Vieja. En la actualidad se encuentra ocupado por la Compañía Folklórica Femenina Obiní Batá.

Inaugurado en 1938 en una parcela medianera, la fachada del cine Cervantes destaca por la sobriedad, aunque cuenta con algunos sencillos decorados que la acercan al estilo Art Déco, muy común en los cines cubanos construidos durante las décadas de 1930 y 1940.

Se trataba de un cine mediano que podía acomodar unos 1200 espectadores entre el balcony y la platea, un aforo necesario para competir bien en esos años en que las funciones costaban centavos y se disfrutaban en tandas corridas.

Cine Cervantes, de las películas a los tambores

Como la mayoría de los cines cubanos de la República, el Cervantes funcionaba también ocasionalmente como teatro y se alquilaba para espectáculos, actividades sociales u homenajes como el que le brindaran en 1947 los artistas del patio al tenor Carlos Suárez y en el que actuaron luminarias del momento como María de los Ángeles Santana, Olga Guillot y la Emperatriz de la Rumba Olga Neguerela, entre otros.

En los años 50 el Cine Cervantes se encontraba integrado en el pequeño circuito Beilín y Compañía, que incluía también a otros dos cines de la parte más antigua de la ciudad: el Bélgica y el Habana, con los cuales totalizaba apenas 2 480 butacas.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 el cine Cervantes fue nacionalizado por el nuevo gobierno de la Isla que se lo entregó al ICAIC para que lo administrara.

Así se mantuvo funcionando hasta la década del 90 del siglo pasado en que la falta de inversión y mantenimiento, la crisis económica del país y la pérdida de interés de la ciudadanía por el cine provocaron su cierre definitivo.

En la actualidad el antiguo cine Cervantes de la calle Lamparilla sirve de sede a la Compañía Folklórica Femenina Obiní Batá