Como en el filme de Humberto Solás, que protagonizara en 1986, César Évora Díaz ha sido, en todas las esferas de la vida, un hombre de éxito.
Nació en La Habana el 4 de noviembre de 1954. Comenzó estudios de ingeniería que abandonó para dedicarse a la actuación, graduándose en 1986 de la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte (ISA).
César Évora, un hombre de éxito
Ya en 1980 había hecho casting para Cecilia de Humberto Solás que le sirvió de carta de presentación en el mundo del séptimo arte, para que, poco más de un lustro después, ese mismo realizador lo llamara a protagonizar «Un hombre de éxito», el filme que le consagraría en el olimpo de la fama y le convertiría en el supergalán por el que suspiraron las jovencitas y no tan jovencitas de finales de los 80.
El director cubano Humberto Solás con un muy joven César Évora durante el rodaje de «Un hombre de éxito».
Al éxito de «Un hombre de éxito» le seguirían otros protagónicos en la gran pantalla como «Capablanca» y, en especial, «La bella del Alhambra», el multipremiado y antológico filme de Enrique Pineda Barnet, en el que demostró todo su potencial histriónico en el papel de villano.
La profunda crisis económica en que se sumió Cuba tras la caída del Campo Socialista y que se tradujo (entre tantas cosas) en una drástica reducción de la producción cinematográfica llevó a César Évora a probar suerte en el extranjero.
En plena madurez artística y con una bien ganada fama como actor – gracias en buena medida a «La bella del Alhambra» que tuvo un excelente cartel fuera del mercado cubano – César Évora fue contratado en exclusiva por la cadena mexicana Televisa, convirtiéndose en una de las estrellas más reconocidas de las telenovelas, encarnando, sobre todo, papeles de villano.
Si bien los dramatizados para la televisión no le resultaban extraños (en Cuba había trabajado en la célebre «Su propia guerra» en la que dio vida al recordado agente Omar), César Évora era un actor hecho en el cine y para el cine, por lo que reconvertirse a la pequeña pantalla, y más en un género tan lacrimógeno como la telenovela, representó todo un reto para su carrera, que supo superar con creces.
Establecido en México desde que consiguiera su contrato con Televisa, en 1999 obtuvo la nacionalidad de ese país. A diferencia de otras celebridades cubanas residentes en el extranjero que a menudo muestran posiciones políticas muy definidas (y en ocasiones extremas sobre los asuntos políticos de la Isla), César Évora ha mantenido un perfil bajo en estas cuestiones, centrándose en su carrera profesional.
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