El llamado Callejón de la Obrapía se extiende desde la Calzada de Güines hasta la calle Cantera en el municipio de San Miguel del Padrón. Su recorrido resulta irregular y su variable en dependencia de los tramos, pues la fuerza de las aguas pluviales ha hecho que pierda buena parte de la capa asfáltica y la vegetación ha invadido sus lindes.
Por muchos años y hasta la urbanización de los repartos de Carolina, María Cristina, Florida y Dolores, el Callejón de la Obrapía fue una de las pocas calles que enlazaba la Calzada de Güines con la Calzada de San Miguel en el tramo comprendido entre la loma de los Zapotes y la Garita del Diezmero.
En ese entonces el puente sobre el río Guachinango, que era de sillería y no metálico, permitía el ir y venir de camiones desde las fincas colindantes, la fábrica de sebo y, sobre todo, desde la cantera de donde se extrajo casi todo el rajón con el que se urbanizó por completo la zona a mediados del siglo XX.
Dicha cantera, que fue abandonada tras el triunfo de la Revolución de 1959 se inundó por completo al pasar de los años y en la década del 70 dio lugar a uno de los episodios más rocambolescos que se recuerden en La Habana, el de la llamada «Laguna del Monstruo»:
Resulta que los restos de una palma en descomposición, que había sido arrojada a sus oscuras aguas, emergía eventualmente por el movimiento de las corrientes subterráneas, provocando el pavor de los vecinos y la afluencia de curiosos que por cientos se congregaban para observar lo que creían que era un monstruo prehistórico.
El misterioso monstruo atrajo, incluso, a la prensa y demandó la presencia de los buzos de la Academia de Ciencias que se encargaron de acabar con aquel show que había enardecido a La Habana.
Con el paso de los años la «Laguna del Monstruo» fue rellenada y ya hoy resulta imposible de localizar entre las parcelas que circundan la antigua cantera.
Callejón de la Obrapía en 10 fotos
1 – Esquina que conforman el Callejón de la Obrapía y la Calzada de Güines (Carretera Central). 0brapía es una de las calles más antiguas de San Miguel del Padrón y una de las pocas que existían entre la calle Beltrán y la Garita del Diezmero antes de que se urbanizara la zona en las décadas de 1940 – 1950.
2. En la foto se observa como el Callejón de la Obrapía ha perdido casi toda la capa asfáltica que alguna vez tuvo. La flecha señala la entrada de un gran taller de mecánica particular que lleva años establecido en el lugar.
3. Puente de hierro sobre el río Guachinango. Este puente peatonal sustituyó al puente original que era de cantería y permitía el paso vehicular hacia las antigua sebería y la también Desaparecida cantera.
4. Ruinas de los sillares del antiguo puente sobre el río Guachinango. La propia erosión provocada por el río socavó sus cimientos hasta provocar su derrumbe total.
5. El río Guachinango que atraviesa el Callejón de la Obrapía para, unos 300 metros aguas abajo, unirse con el río Hondo y formar el río Luyanó.
6. Viviendas improvisadas entre las ruinas de la antigua sebería.
7. Ruinas de la antigua sebería que funcionó hasta la década de 1970. Es una de las muchas fábricas que existieron en San Miguel del Padrón y que han ido desapareciendo una tras otra después de 1959.
8. Casa de vivienda de una de las fincas rústicas que existen en la zona. Esta que se encuentra en la intersección del Callejón de la Obrapía y la calle 213 es una de las más antiguas entre las que todavía existen.
9. Viviendas precarias junto al Callejón de la Obrapía y frente a la antigua cantera que se inundó en los años 70 y dio origen a la rocambolesca historia de la «laguna del monstruo».
10. Antigua cantera que sirvió para la construcción de las calles de los repartos de San Miguel del Padrón y que diera origen a la famosa laguna del Monstruo. En la actualidad se encuentra rodeada de pequeñas parcelas de autoconsumo.
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