En la calle Ejido No. 661 (o Egido, como habitualmente aparece escrito) entre Jesús María y Merced se encuentra el restaurante El Baturro, uno de los más antiguos establecimientos gastronómicos de La Habana.

Debe su fundación, ocurrida en los primeros años del siglo XX, al español Romualdo Lalueza, quien decidió encadenar su negocio hacia adelante y en el mismo local donde poseía un almacén de vinos y licores estableció un café y una cantina a la que nombró El Baturro.

El Baturro: Una cantina española en La Habana

El Baturro tuvo un éxito comercial inmediato por la suma de varios factores: en primer lugar por la excelente calidad de su comida y sus bebidas y licores, las cuales gozaban, además, de precios muy competitivos al proceder del mismo almacén del propietario; por la llegada masiva de inmigrantes españoles que encontraban en la taberna el lugar ideal para recordar con nostalgia a la Madre Patria; y, sobre todo, por la cercanía de la recién inaugurada Estación Central de Ferrocarriles que dinamizó comercialmente toda la zona alrededor del antiguo Arsenal de La Habana e hizo surgir incontables negocios de todo tipo orientados a satisfacer las necesidades de los viajeros.

Según refiere el profesor Guillermo Jiménez en su libro «Las empresas de Cuba 1958», en ese año El Baturro operaba bajo la razón social de «Romualdo Lalueza y Compañía» y era propiedad única de Trinidad Lalueza Murillo y sus hijos José María y Romualdo Castellví Lalueza.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana, El Baturro, como todos los negocios privados del país, pasó a manos del Estado cubano, que cerró el almacén de víveres, pero mantuvo en funcionamiento el restaurante.

Hasta el día de hoy el local gastronómico ha sobrevivido al empobrecimiento sostenido y constante de la calle Ejido, que ha ido cambiando su función comercial por la residencial en la misma medida en que han ido desapareciendo los establecimientos de servicios que allí existían.

Al día de hoy El Baturro es operado por la cadena Habagüanex que ha mantenido su especialización en comida española. El local, ambientado a la manera típica de las tabernas peninsulares del siglo XIX, posee dos salones, un bar y un reservado.