Primavera se nombra la impresionante escultura en metal, obra del artista Rafael Miranda San Juan, que se alza en la intersección de las calles Galiano y Malecón en Centro Habana.

Erigida en honor de las mujeres cubana la Primavera de Rafael Miranda fue emplazada en su posición el 24 de mayo de 2015 por la Oficina del Historiador de la Ciudad, institución a la que el creador donó la obra en agradecimiento al apoyo recibido de la institución durante la compleja y laboriosa realización.

La Primavera de Rafael Miranda

Con ocho metros de altura, cuatro de ancho y dos toneladas de peso, Primavera domina orgullosa su entorno y no deja indiferente a ningún transeúnte. A su alrededor se ha creado un pequeño parque en el que los habaneros se detienen a disfrutar de la brisa nocturna o a tomar una pausa del ardiente sol tropical cuando la sombra de los derruidos inmuebles colindantes se proyecta sobre ellos.

Construida con chapas de hierro soldadas, la Primavera de Rafael Miranda representa a una mujer cuya mirada se pierde en el mar. Su cabeza se encuentra cubierta de mariposas, la Flor Nacional de Cuba, en vez de cabellos, en una clara alegoría a las mujeres de la Isla.

Rafael Miranda no tomó ninguna modelo para la realización de Primavera. Sin embargo, su largo y esbelto cuello, su nariz recta y sus labios gruesos y sensuales, recuerdan a las bailarinas cubanas.

La Primavera de Rafael Miranda se encuentra sobre un bloque de cantería en el que se pueden leer dos placas: una de bronce con el nombre de la obra, su autor y la fecha de la inauguración; y otra plástica con estas palabras de Rafael Miranda en español e inglés:

«Los rostros pueden mostrar las almas de las personas, la diversidad de géneros. No me resulta posible obviar la belleza, la confrontación y la transculturación entre nosotros. Hoy nuestro mundo globalizado es esto. Es presencia aquí y allá.

¿Por qué mujeres? Porque es la máxima expresión de vida. Mi interés como artista es donar esta pieza al corazón de la ciudad, que palpite entre todos nosotros, para que todos los transeúntes convivan con ella y permanezca en su recuerdo.

Rafael Miranda

Para suerte del escultor su anhelo se ha hecho realidad. La Primavera de Rafael Miranda se ha ganado el corazón de los habaneros que la han hecho suya.

Corrosión de la Primavera de Rafael Miranda en Galiano y Malecón, La Habana.
Detalle de la escultura la Primavera de Rafael Miranda en el que se puede apreciar la corrosión que provoca la cercanía al mar (Foto de Ruslán Olivares Cúcalo para Fotos de La Habana)

El gran problema de la escultura resulta, sin embargo, la agresividad del entorno en que se encuentra. Su cercanía al mar la convierte en víctima del salitre y acelera el proceso de corrosión, lo que exige un constante y exigente mantenimiento que no siempre las autoridades están en condiciones de proveer.