La idea del metro de La Habana data de 1920, con el surgimiento de la Compañía Ferrocarrilera del Norte y Sur de Cuba (Cuba North and South Rail Road Co) y así el 20 de mayo de 1921 ya estaban concebidas las principales rutas del futuro subway.
El proyecto fue aprobado aprobado por la Comisión Cubana Ferrocarrilera y existió la intención de enviar representantes cubanos a Nueva York para un el estudio del metro de esa urbe norteamericana, que serviría como modelo.
Finalmente el proyecto no fructificó porque La Habana estaba desarrollado un sistema de tranvías perteneciente a la Havana Electric Railway Light and Power Company, surgida en 1913 con la fusión de The Havana Electric Railway Company y la Compañía de Electricidad.
Metro de La Habana… Segundas partes tampoco son buenas
En el año 1983 (62 años después) se vuelve a hablar de un metro para La Habana cuando la ciudad cuenta con solo 1920 buses.
Según el Instituto de Investigaciones del Transporte, serían necesarios unos 4 mil, y así dentro del nuevo «Plan Director de la Ciudad», se crea el Grupo Ejecutivo del Metro de la Ciudad de La Habana, cuya sede estaría en calle 42, entre Avenida del Río y Avenida Zoológico, en el Nuevo Vedado.
Se estudian los principales flujos de pasajeros en la ciudad y se trazan las posibles rutas.
Nuevamente el proyecto del metro de La Habana se fue frenando y ya en 1993 era un hecho que no iba a ser posible su financiación.
En la actualidad, todas las investigaciones que se realizaran como parte del proyecto están recogidas en la empresa EMPI FAR (subordinada a la Unión de Construcciones Militares).
El metro de La Habana proyectado en los años 80 no se concibió como la solución definitiva al transporte de la capital cubana, sino como parte de un proyecto integral que se combinaba con otros medios.
En total contaría con 84.4 kilómetros de líneas para el subway y otras 81.5 para el ferrocarril. Funcionaría con dos líneas que se interceptarían a la altura de la heladería Coppelia en el Vedado.
El metro de La Habana fracasó por una suma de factores: el derrumbe del campo socialista, que dejó al país sin la fuente de financiamiento del proyecto y sumido en una grave crisis económica; y el abandono de la construcción de la termonuclear de Juraguá, que estaba destinada a cubrir el sobreconsumo de energía eléctrica que iba a provocar en la ciudad el funcionamiento del metro de La Habana.
Muchas felicidades por este artículo tan interesante. Quisiera contactar con el autor porque me encuentro realizando una investigación sobre el patrimonio industrial eléctrico de La Habana y me gustaría consultar las fuentes de los datos brindados en el contenido.
Saludos!