Dos dones dio la naturaleza a Madruga: sus saludables manantiales de excelentes aguas medicinales y el delicioso y encantador valle de Cayajabos, enclavado entre las lomas de Grillo y de Industria.

Cuentan los cronistas que numerosas eran las familias que atraídas por la fama de las aguas curativas de Madruga concurrían al lugar para mejorar su salud, alojándose en pobres viviendas de yagua y guano, las cuales eran quemadas una vez que pasaba la temporada de los baños.

Fue el Conde de Santa Clara, Don Luis Bassecourt, Capitán General de la Isla de Cuba, quien solicitó el permiso de las máximas autoridades eclesiásticas para la construcción de una iglesia; autorización que le fue concedida a pesar de la férrea oposición del cura de Macurijes a cuya feligresía pertenecían también los vecinos de lo que, con el paso de los años, sería Madruga.

La construcción del templo se inició en 1801, pero quedó interrumpida cuando su promotor, el Conde de Santa Clara, fue llamado de regreso a España. Finalmente se reanudarían y concluirán las obras gracias al patrocinio de Don Martín de Aróstegui y Herrera, colocándose la iglesia bajo la advocación de Nuestra Señora de Regla y de San Luis, en recuerdo del bueno de Bassecourt. El 22 de mayo de 1803 se colocaría el Santísimo Sacramento y la nueva iglesia sería declarada tenencia auxiliar de la de Macurijes.

Deseaba también el Conde de Santa Clara fomentar un pueblo en el lugar, pero fracasó, pues este no comenzó a formarse hasta que el Marqués de Someruelos ordenó destruir las facilidades temporales que levantaban los bañistas y comisión ó al agrimensor Don Ángel Salem para que trazar a el plano de la población.

En el hato Santo Domingo del Itabo o Guabal de Madruga (como también se le conoció) mercedado el 8 de agosto de 1656 a Cristóbal de Zayas, la familia Sardiñas, dueña de los terrenos donde se encontraban los manantiales, dispuso una y media caballerías para el establecimiento del poblado, donando doces solares para el sostenimiento del culto y vendiendo los demás al contado y a tributo.

Numerosas familias se establecieron en el nuevo pueblo de Madruga que establecieron, a su vez, comercios y hospedajes para los temporadistas, que hicieron progresar rápidamente a la población.

En el año 1813 se construyó el cementerio, el cual fue demolido y sustituido por uno municipal en 1908.

La economía y prosperidad de Madruga siguió dependiendo en buena medida durante el siglo XIX de los ingresos de los bañistas para los que se crearon condiciones en el pueblo y se mejoraron los manantiales:

Así, se construyeron tres casa para bañistas: La Paila, El Tigre y el Copey, para baños calientes, templados y fríos, respectivamente.

Municipio Madruga

En 1827 el territorio de Madruga pasó a ser capitanía pedánea y el 22 de febrero de 1866, por Real Orden, se creó su Ayuntamiento.

Al suprimirse el término de San Nicolás por la Orden Militar No. 23 de 24 de enero de 1902 le fueron anexados a Madruga los barrios de Pijuán y Zaldívar, que le fueron nuevamente segregados cuando San Nicolás recuperó su Ayuntamiento el 12 de agosto de 1912.


Parque de Madruga en 1922


A partir de entonces el Madruga republicano quedaría definitivamente conformado por siete barrios: Madruga Este y Madruga Oeste (en la cabecera), Majagua, Itabo, Sabana – Robles, San Blas, y Concordia y Cayajabos; los que totalizaban 120 km cuadrados.

Limitaba Madruga al norte con Aguacate, al este con la provincia de Matanzas, al sur con Nueva Paz y San Nicolás y al oeste con Güines, del que distaba 22 km y al que se encontraba judicialmente subordinado.

Otros pueblos de alguna importancia, además del pueblo cabecera eran Itabo, Cayajabos, Majagua, Sabana – Robles y San Blas. Dentro del mismo pueblo de Madruga, bien acondicionado y protegido se encontraba el manantial del Copey.

El territorio del municipio era mayormente llano, con sólo algunas elevaciones dispersas como las lomas de Jiquina, Gloria, Cayajabos, Industria, Vigía y Grillo. Ningún río de importancia atravesaba el término, que sí era rico en manantiales, unos potables y otros de aguas medicinales como ya se ha mencionado.

Se encontraba el municipio enlazado con la capital, de la que distaba 44 kilómetros, a través de los rieles de los Ferrocarriles Unidos de La Habana – que, a la vez servían de frontera norte con el vecino término de Aguacate – conectándose el pueblo cabecera de Madruga a través de un ramal con el paradero de Sabana – Robles.

Conectábase también el pueblo cabecera con el central San Antonio a través de una línea privada del ingenio, la cual llegaba las colonias de Cayajabos. También la Carretera Central, que atravesaba el municipio de oeste a este pasaba por la cabecera y de ella partía una carretera que llegaba hasta el pueblo de Pijuán en San Nicolás y otra que salía de Madruga para conectarse con Aguacate.

Toda la economía del municipio giraba en torno a la agricultura, en especial a la siembra de caña de azúcar, la cual era molida en el central San Antonio.

Madruga después de 1959

Tras la DPA de 1976, Madruga mantuvo su condición de municipio, subordinado a la provincia Habana (Habana campo) y aumentó su superficie al serle anexado el vecino término de Aguacate. A partir de 2010 quedaría integrada en la nueva provincia de Mayabeque.

En la actualidad el municipio tiene una extensión de 463 km cuadrados (tres veces más que durante la República) y limita al Norte con Jaruco y Santa Cruz del Norte; al este con Limonar y Unión de Reyes (provincia de Matanzas); al sur con San Nicolás, Nueva Paz y Güines; y al oeste con San José de las Lajas.