Decir Hotel Ritz en el universo del turismo es pronunciar palabras mayores, hablar sobre el nacimiento mismo de la hostelería moderna. Y, aunque el imperio no sobrevivió por mucho a su César, aún sus descendientes utilizan la marca por todo el mundo como sinónimo de distinción.
Lo curioso es que La Habana, como toda gran ciudad, tuvo también en una época su Hotel Ritz.
Eran los vertiginosos años 1920 y el presidente Gerardo Machado, junto a su Secretario de Obras Públicas, el Dinámico Carlos Miguel de Céspedes, estaba empeñado en convertir a La Habana en un gran atractivo turístico.
Así, junto a un gran plan de obras públicas del gobierno, necesario para crear la infraestructura adecuada a esta industria, los inversionistas cubanos y extranjeros fueron levantando modernos hoteles en el Ring habanero, que destacaban en el tradicional paisaje urbano de la ciudad, por sus elevadas torres y sus jardines en el techo.
Hotel Ritz de La Habana…. Lujo en el Ring
Se construyeron, entre otros, el San Luis, el Nuevo Perla de Cuba, el Astor, el Regina, el Alamac y, por supuesto, el Ritz.
El hotel Ritz se encontraba situado en la intersección de las calles Neptuno y Perseverancia, en el corazón comercial de la ciudad.
Su edificio de seis pisos se construyó a prueba de fuego y se dotó de los mayores adelantos de la época en hostelería, tanto a nivel técnico como de servicios:
Con el objetivo de satisfacer al huésped más exigente el hotel Ritz de La Habana disponía de baño privado en cada cuarto (que hoy puede ser considerado una nimiedad, pero en la época era casi un lujo); agua corriente, tanto fría como caliente; teléfono por habitación y mobiliario confortable y moderno.
Contrario a la costumbre española establecida, el restaurante del Hotel Ritz de La Habana servía, además de «a la carta» que era lo más común (pero lo más caro), comidas por «Table d’hote» (lo que se conocía por «Menú americano», aunque los primeros en importar esa costumbre a Cuba fueron los chinos californianos).
La entrada principal y el elevador (que todavía se conserva, pero ya no funciona), se encontraba en el extremo de la calles Perseverancia, pues según la práctica generalizada entonces, el primer nivel estaba arrendado por diversos negocios no relacionados con el hotel.
Fue el Ritz habanero uno de los primeros hoteles de la capital cubana en disponer de apartamentos completos para huéspedes solventes o familias que quisieran vivir largas temporadas en el establecimiento con todas las ventajas que esto implicaba.
En 1925 el Ritz aparece bajo la administración de Evaristo Fernández, un personaje cuya historia está muy vinculada con la de la hostelería en La Habana. No se ha podido precisar, sin embargo si el establecimiento estuvo, de alguna forma, vinculado con la célebre cadena de principios del siglo XX, o semejante nombre se debió sólo a una estrategia publicitaria.
De hotel a viviendas
A pesar de sus excelentes prestaciones, el Hotel Ritz de La Habana no pudo soportar la terrible crisis que a partir de década de 1930 azotó al sector hotelero en la Isla debido a una combinación brutal de causas: Crack del 29, violencia política interna y fin de la Ley Seca en los Estados Unidos, que cortaron de raíz la llegada de turistas estadounidenses a Cuba.
Desde mediados de la década de 1930, el lujoso Hotel Ritz de La Habana, debió variar su modelo de negocios y pasar al inquilinato. Sus cuartos fueron ocupados por familias que vivían fijas en ellos a cambio de una renta, y, aunque continuó prestando algunos servicios típicos de los hoteles, nunca más funcionó como tal.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959 y de dictarse la Ley de Reforma Urbana, los antiguos inquilinos se convirtieron en propietarios. Si bien a nivel individual fue un logro personal para los ocupantes, no resultó igual para el inmueble que fue acumulando un deterioro marcado debido a la falta de inversión y mantenimiento.
En la actualidad, el centenario edificio de la esquina de Neptuno y Perseverancia continúa en pie y está habitado por numerosas familias.
De entre sus contemporáneos, muchos ya desaparecidos, el antiguo Hotel Ritz es de los que en iguales condiciones de abandono, mejor ha soportado el paso del tiempo. Mas, resulta necesario una fuerte inversión que devuelva una parte del glamour del que alguna vez fue considerado uno de los mejores hoteles de La Habana.
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