Entre los corrales La Güira y Güira de Melena, repartió en 1795 el Marqués de Cárdenas de Monte Hermoso, de su hacienda Güira de Melena, media caballería de tierras entre los labradores, quienes de inmediato comenzaron a construir sus casas de tabla y guano, así como una ermita para realizar los cultos, la que el Obispo Hechavarría designó como auxiliar de Quivicán.

La Iglesia fue reconstruida en mampostería en el año 1806, bajo la advocación de San José y ratificada en su condición de auxiliar de la de Quivicán por el Obispo Espada.

Ya en el año 1846 el poblado de Güira de Melena contaba con una población de casi 600 personas que ocupaban un centenar de viviendas, por lo que él Obispo Fleix y Solans decidió, en 1853, elevar su templo a parroquia.

En sus inicios fue la comarca de Güira de Melena una de las más ricas al Occidente de La Habana por los grandes cafetales que en ella se fomentarán, pero su progreso quedó detenido a consecuencia de la ruina de este cultivo provocada por el derrumbe de los precios.

Municipio Güira de Melena

Finalizada la Guerra de los Diez Años, y como parte de las reformas introducidas en Cuba por el gobierno español, se crearon un numerosos ayuntamientos a lo largo del país, entre ellos el de Güira de Melena, que vio la luz el 1ro de enero de 1879.

Quedó integrado el municipio por seis barrios: Norte y Sur (en la cabecera), Gabriel, Tumbadero, Turibacoa y Sibanicú. El barrio de Turibacoa incluía a los caseríos de Tamaupilas, La Cachimba y Cajío; y el de Gabriel, el poblado del mismo nombre.

Totalizaba Güira de Melena en sus seis barrios 220 kilómetros cuadrados, asentados sobre los antiguos corrales de Ursulica, Turibacoa, Cajío, Haiguán, La Güira, Güira de Melena y Sibanicú. Limitaba al norte con los términos de San Antonio de los Baños y La Salud; al este con Quivicán, al oeste con Alquízar y al sur con el Golfo de Batabanó.

Durante la Guerra del 95 el pueblo fue prácticamente destruido como consecuencia del ataque directo de las fuerzas del Ejército Libertador y su comarca se empobreció:

El 4 de enero de 1896 se presentaron ante el pueblo de Güira de Melena, que era defendido por el capitán del Cuerpo de Voluntarios Cesáreo Gutiérrez, las fuerzas invasoras bajo el mando de los mayores generales Máximo Gómez y Antonio Maceo. En el ataque que le sucedió y antes de la rendición de los españoles, la Iglesia y el Ayuntamiento, que habían sido convertidos en fortalezas por los defensores fueron pasto de las llamas, perdiéndose tanto los archivos eclesiásticos como los civiles.

La República

Guira de Melena se encontraba comunicada con La Habana a través del Ferrocarril del Oeste que hacía un recorrido de nueve kilómetros dentro de su territorio, con paraderos en la cabecera y en el pueblo de Gabriel; y por carreteras con Artemisa, San Antonio de los Baños y la playa de Cajío.


Ayuntamiento de Güira de Melena (1945)

Ayuntamiento de Güira de Melena en 1944


Sin ríos de importancia, el abasto de agua a la población se realizaba a través de un acueducto construido por el Estado cubano que era propiedad del Ayuntamiento.

Los terrenos de la costa eran cenagosos e improductivos pero en los demás, llanos y sumamente fértiles se cultivaban todo tipo de frutos menores, caña de azúcar y tabaco de excelente calidad.

Después de 1959

Tras la DPA de 1976, Güira de Melena conservó su condición de municipio, integrado a la provincia Habana (Habana campo) y, a partir de 2010 pasó a formar parte de la nueva provincia de Artemisa.

Sus límites territoriales se mantuvieron muy semejantes a los que tuvo durante la República: al norte con San Antonio de los Baños, al este con Quivicán (ahora perteneciente a la provincia de Artemisa), al sur con el Golfo de Batabanó y al oeste con Alquízar.

La superficie del municipio se redujo sensiblemente al pasar a ser de 177 km cuadrados, en contraposición a los 220 que tuvo durante la República.