La llamada «Capilla Aguilera» es un conjunto funerario situado en la zona de monumentos de primera del Cementerio de Colón en La Habana. Construida en 1957 es uno de los pocos exponentes del Movimiento Moderno que destacan en la necrópolis capitalina y uno de los sepulcros más bellos del camposanto.
Considerada como una capilla abierta, la Capilla Aguilera fue proyectada por las arquitectas Alicia y María Elena Pujols, por encargo del senador de la República y empresario arrocero Guillermo Aguilera.
Capilla Aguilera y el porqué de un sepulcro vacío
Alicia y Maria Elena Pujols quienes se decantaron por el uso de las líneas sobrias y simples del Movimiento Moderno, casi no utilizaron elementos ornamentales en el conjunto; a excepción de la cruz latina en bronce que decora la reja de entrada y que visualmente se proyecta sobre «La Piedad» de Rita Longa, que, esculpida en mármol blanco, contrasta fuertemente con el granito negro con el que se construyó casi toda la obra.
Rita Longa, quien es considerada con toda justicia entre los más grandes escultores cubanos de todos los tiempos, concibió «La Piedad» de la Capilla Aguilera, esculpida en mármol blanco, dentro de los cánones del Movimiento Moderno, imperante en la época. La estatua representa a Jesús bajado de la cruz en los brazos de la Virgen y es una de la varias representaciones que con esa escena bíblica existen en la necrópolis habanera (y sin lugar a dudas una de las dos más conocidas y patrimonialmente valiosas junto a la del panteón de Miguel González de Mendoza).
Propiedad del senador y empresario Guillermo Aguilera Sánchez, quien hizo colocar su nombre en letras doradas en el muro frontal; la Capilla Aguilera se erigió sobre el terreno de una propiedad preexistente que adquirió el político con el fin de demolerla.
La parcela había pertenecido originalmente a la familia Malpica – Azcárate y (según consta en testimonio fotográfico) existía allí un monumento de estilo neogótico muy parecido al del panteón de los Rosell – Malpico. A partir de entonces tuvo varios propietarios hasta que en 1952 pasó a manos de la «Compañía Central de Mausoleos y Panteones», quien se la vendió al senador Aguilera.
Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, la familia Aguilera abandonó el país y se estableció en los Estados Unidos.
Como las expropiaciones llevadas a cabo por el nuevo gobierno cubano no afectaron las propiedades cementeriales de las personas naturales en la Necrópolis de Colón, la Capilla Aguilera continúa, técnicamente, perteneciendo a los descendientes del senador.
Sin embargo, y curiosamente, como entre 1957 – 1959 no falleció ningún miembro de la familia Aguilera y luego sus miembros abandonaron el país, el lujoso sepulcro ha permanecido sin uso hasta el día de hoy.
Su estado de conservación, gracias en buena medida al hecho de encontrarse en la misma Avenida Cristóbal Colón en Zona de Primera, puede considerarse como muy bueno; lo que no le ha librado de haber sido vandalizada y víctima de hurtos, pues una de las lozas feontales de granito negro fue robada y no ha sido repuesta.
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