Muchos han sido los meteorólogos que han pasado por la televisión cubana, pero en el imaginario popular son sólo dos: José Rubiera y Armando Lima.

De José Rubiera, toda una institución de la Meteorología en Cuba ya hemos conversado en Fotos de La Habana, por lo que hoy recordaremos al simpático Licenciado Armado Lima.

Armando Lima… «Les deseo lo mejor»

El carismático Armando Lima Ojitos nació el 11 de septiembre de 1949 en La Habana. Estudio Meteorología y, al licenciarse, comenzó a trabajar como especialista en sinóptica en en el Departamento de Pronósticos del Instituto de Meteorología de su ciudad natal.

Su carisma y facilidades comunicativas lo convirtieron en el candidato ideal para presentar el parte meteorológico en la televisión cubana, labor que había popularizado su colega del Instituto de Meteorología el Dr. José Rubiera.

Muy pronto, el pequeño Armando Lima – que a diferencia de sus predecesores en esos menesteres televisivos, no escatimaba sonrisas – se ganó el cariño de los televidentes, gracias a su desenfado y peculiar forma de dirigirse a la audiencia.

Sin importar que en ciernes estuviera el más brutal de los ciclones o el más asfixiante de nuestros calores tropicales, Armado Lima se presentaba siempre con un:

«Con mucho afecto los saludo…»

Despidiéndose luego, con la misma frase:

«Como siempre, les deseo lo mejor…»

Sería, sin dudas, esta despedida, la que más empatía generara con la teleaudiencia; hasta el punto que muchos comenzaron a hacerla suya y llegó a convertirse en una expresión de uso popular. El meteorólogo Armando Lima había conseguido a fuerza de carisma, lo que muchos comunicadores persiguen inútilmente toda su vida: dejar su huella en la memoria del tiempo.

Por muchos años, Armando Lima acompañó a los cubanos en la pequeña pantalla. Y no sólo como meteorólogo, sino como invitado especial de programas científicos y de variedades, pues sus facilidades como comunicador le permitían desdoblarse mucho más allá del parte del tiempo.

Era común verlo reírse a carcajadas de las caricaturas que un día sí y otro también le dedicaba la prensa plana; o disfrutar como un niño con los humoristas cuando le imitaban en la pantalla de la televisión. Hasta que un día de forma brusca lo envolvió el silencio.

Armando Lima Ojitos falleció en la ciudad que le vio nacer el 12 de agosto de 2005 a la edad de 56 años y la noticia de su muerte llenó de pesar a un país que lo había convertido casi en su patrimonio.

Al morir estaba cursando el doctorado en Meteorología, por lo que no llegó a ostentar el más alto grado científico. Sin embargo, eso poco importa, pues Armando Lima ha quedado en la memoria de su pueblo y hasta en aquellos que (porque el tiempo mella hasta el acero) sin haber escuchado jamás su nombre, dicen por ahí de vez en cuando…

«Les deseo lo meeeeeejor… «