Entre los hombres leyenda de la medicina cubana, y muchos nombres ilustres hay en esa lista, ocupa un lugar muy importante el Dr. Orfilio Peláez Molina, creador del tratamiento que permitió, en un alto grado, evitar la ceguera, provocada por la retinosis pigmentaria.

Nació Orfilio Orestes Peláez Molina en la finca Arroyón, en las cercanías del poblado de Magarabomba, en los más profundo del Camagüey, el 17 de noviembre de 1923. Su familia no padecía estrecheces económicas, pero, aún así, su padre José Antinio lo enseñó a ordeñar vacas, cortar, cargar y carretonear caña, para que desde niño supiera que en la vida nada se obtenía sin sacrificio.

En 1939 ingresó en el Instituto de Segunda Enseñanza de Camagüey. Tras graduarse tuvo que vencer la oposición de su familia a que estudiará Medicina, carrera que finalmente matriculó en la Universidad de La Habana y de la que se graduó en 1951.

Decidió convertirse en oftalmólogo y dedicar su vida a tratar de encontrar una cura para la retinosis pigmentario, al conocer del suicidio de un amigo cercano que no se resignó a quedarse ciego a consecuencias de esa enfermedad.

Orfilio Peláez, el médico

Desde su graduación en 1951, Orfilio Peláez ejerció como médico oftalmólogo en varios hospitales de La Habana, a la vez que impartía docencia e investigaba profusamente sobre la retinosis pigmentaria.

Tras el triunfo de la Revolución Cubana de 1959, Orfilio Peláez fue uno de los pocos profesores de Medicina que permaneció en Cuba ante la radicalización hacia la izquierda del Gobierno del Primer Ministro Fidel Castro. Entonces fue nombrado director de la «Liga contra la Ceguera» (actual Hospital Oftalmológico Pando Ferrer), responsabilidad en la que se mantuvo por una década.

De «la Ceguera» salió en 1970 para convertirse en profesor principal de Oftalmología en el Hospital Salvador Allende (la antigua Covadonga). Allí figuró entre los iniciadores de los trasplantes de córnea en Cuba y la ergoftalmología u oftalmología laboral. En ese equipo, Orfilio Pélaez concibió un nuevo procedimiento denominado «signo del tatuaje escleral» que permitía localizar u extraer con daño mínimo, cuerpos extraños intraoculares como consecuencia de accidentes de trabajo. Propulsor de la medicina preventiva fue también un fiel activista de las campañas que abogaban por la utilización de medios de protección oculares por parte de los obreros.

El Dr. Orfilio Peláez fue miembro por muchos años del Parlamento cubano
El Dr. Orfilio Peláez fue miembro por muchos años del Parlamento cubano

Entre 1968 y 1970 recibió adiestramientos en queratoplastia, microcirugía ocular y traumatología en España y la Unión Soviética. De regreso en Cuba profundizó sus investigaciones sobre la retinosis pigmentaria hasta concebir un nuevo tratamiento para la enfermedad, con el que consiguió que esta se detuviera en el 75 % de los casos atendidos e incluso que mejorara la visión en el 16 % de los pacientes.

El novedoso procedimiento del Dr. Orfilio Peláez comenzó a aplicarse en 1987 y consistía en la introducción en el espacio subesclerótico de tejido vascular retro-orbital, del propio paciente, para la revitalización de las células fotorreceptoras retinianas. Todo combinado con terapia electromagnética y un seguimiento exhaustivo de los posibles casos, pues el diagnóstico precoz de los casos posibilitaba la mejoría de hasta el 90 % de los casos.

Su libro «Retinosis pigmentaria. La experiencia cubana» ha sido traducido a múltiples idiomas y se considera uno de los clásicos para el estudio de esa enfermedad.

Desde su fundación hasta el momento de su desaparición física, el Dr. Orfilio Pélaez presidió la Sociedad Cubana de Retinosis Pigmentaria. Presidió también la Revista Cubana de Oftalmología, en la que publicó buena parte de sus artículos especializados sobre la retinosis pigmentaria; la Sociedad Cubana de Oftalmología (entre 1965 y 1975) y fue miembro de mérito de la Academia de Ciencias de Cuba desde el año 1998.

Tuvo una relación cercana con el Presidente de Cuba, Fidel Castro, con el que compartió tribuna en numerosos actos públicos; fue diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y recibió las distinciones de Héroe Nacional del Trabajo de la República de Cuba y Vanguardia Nacional del Sindicato de Trabajadores de la Salud por quince años.

El Dr. Orfilio Peláez falleció en La Habana el 17 de enero de 2001, convertido ya en una leyenda de la medicina cubana.