La Glorieta de La Punta, obra del arquitecto francés Charles Brun, fue inaugurada el 20 de mayo de 1902, en la intersección del Paseo del Prado y el Malecón, frente a la vieja cárcel de Tacón todavía existente.
Glorieta de la Punta
Durante el gobierno interventor norteamericano (1898-1902) se elabora un plan para embellecer el litoral y darle mayor ensanche al Paseo del Prado, donde al final de éste se construiría también una especie de pabellón o glorieta para abrigar los conciertos vespertinos de la Banda Municipal.
La Glorieta de La Punta, en la explanada del castillo del mismo nombre daba comienzo al Paseo del Prado. En esta foto de 1902, año de su construcción, puede observarse en todo su esplendor.
La glorieta no era más que un pequeño templo circular rodeado por columnas, de aspecto clásico, elegante y bien proporcionado, al cual se accedía mediante una sencilla escalinata.
Se construyó de hormigón armado considerándose por ello entre las primeras obras de su género en Cuba y se convirtió en un sitio popular al que acudían personas de todas las edades para disfrutar, no solo de la retreta, también de las bondades del paseo marino que se iba dibujando con la delineación del Malecón, la explanada de La Punta y el nuevo parque “de los Estudiantes” desde 1901.
La Glorieta de La Punta fue uno de los espacios públicos preferidos por los habaneros. Como puede observarse en la foto, contaba con sillas para que se acomodaran los visitantes y, aunque no tocará la Banda Municipal, muchos acudían a disfrutar de la brisa marina. En la foto, del año 1913, se puede observar al fondo el desaparecido hotel Miramar.
El ciclón de 1926 le causó fuertes estragos a la cubierta, por lo que no era posible aprovecharse, y considerando que también dificultaba el tráfico al continuarse el malecón hacia la Avenida del Puerto, se eliminó por completo en 1928.
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