El Edificio de la embajada de Estados Unidos en Cuba comenzó su construcción a principios de la década de 1950 y fue terminado en 1953.

Ubicado en un terreno privilegiado mirando al Golfo de México, fue diseñado por Harrison & Abramovitz en colaboración con la firma cubana Mira y Rosich Calzada (1950–52).

Embajada de Estados Unidos en La Habana

El diseño del edificio de la embajada de Estados Unidos en La Habana ha sido elogiado por su geometría, sus interiores sin columnas y sus materiales de última generación como el vidrio de aislamiento térmico, a pesar de que la climatización terminó siendo muy mala.

Constituyó el segundo edificio puramente moderno del Departamento de Estado. El parecido en su diseño (aunque a una escala mucho menor) con la sede de Naciones Unidas en Nueva York se debe a que Harrison fue el arquitecto técnico del edificio del organismo internacional.

El arquitecto cubano Nicolás Arroyo fue el encargado de decorar la casa, y lo hizo con tan buen gusto que la revista The Diplomat la calificó como “una de las residencias diplomáticas más bellas”.


Interior de la residencia de la embajada de los Estados Unidos en La Habana

La decoración de la residencia fue encargada al arquitecto cubano Nicolás Arroyo, de «Arroyo y Menéndez».

Nicolás Arroyo, que junto a su esposa Graciela Menéndez, formaban la firma fue uno de los máximos representantes del movimiento moderno en Cuba. Ministro de Obras Públicas durante el último gobierno de Fulgencio Batista, a él se deben la construcción de obras tan emblemáticas como el hotel Habana Hilton, la Ciudad Deportiva y el Teatro Nacional. Después de 1959 de radicó en Washington, donde se había desempeñado como embajador en los últimos meses del año precedente.


Después de la ruptura de relaciones diplomáticas en 1961, el edificio de la embajada de Estados Unidos en La Habana no fue utilizado por personal norteamericano hasta la apertura de la sección de intereses el 1 de septiembre de 1977.

En 1963, el gobierno cubano ordenó la confiscación del complejo, pero la acción no fue llevada a cabo. La embajada de Suiza se hizo cargo del mantenimiento de las instalaciones de la embajada, así como de sus efectos.