La desaparecida mansión de la calle 17 esquina B, Vedado, proyecto de 1909-1910 del eminente arquitecto norteamericano Thomas M. Newton, (quien reintroduce el clasicismo en Cuba al fundar y dirigir la Escuela de Arquitectura de la Universidad de La Habana en 1909), para residencia familiar y propiedad de los II Marqueses de Pinar del Río: don Marco Aurelio González Carvajal y María J. Ruiz Olivares.
Luego, cuando la prestigiosa firma “Morales y Compañía” concluye la espectacular mansión contigua a la que fueron a vivir, ésta fue arrendada a don Agapito de la Cagiga y Aparicio Mazas y Bárcenas y su esposa María Luisa Gómez Mena Vila, quienes fueron los Condes de Revilla de Camargo a partir de agosto de 1927.
Así lucía el antiguo palacete de los Marqueses de Pinar del Río alrededor de los años 10. Nótese a la izquierda y al fondo la entrada vehicular, la portería con su techo a cuatro aguas, que le fuera aprobada su construcción el 20 de junio de 1910 por el Ayuntamiento de La Habana a don Marco Aurelio, II Marqués de Pinar del Río cuando vivían aquí.
El palacete de los Marqueses de Pinar del Río fue la primera residencia del Vedado que contó con una, al quedar exenta de la rigurosa regulación del espacio jardín – portal.
De los Marqueses de Pinar del Río a los Condes de Revilla – Camargo
De igual forma, siempre resultó común asociar a la Condesa de Revilla de Camargo a la bella y espléndida mansión de 17 esquina E, construida entre 1924-1927 e inicialmente residencia de su hermano José Gómez Mena Vila, a la que se mudan alrededor de 1937, actualmente Museo de Artes Decorativas.
Vista de un área del jardín el día del baile. Se aprecia el costado de la mansión contigua de los Marqueses de Pinar del Río. Hacia la cerca divisoria, engalanada con miles de áreas por la florería El Fénix están la sillas emplazadas para los numerosos invitados.
Aunque la residencia de 17 y E, fue mucho más conocida por las fastuosas y frecuentes fiestas organizadas por la Condesa y sede de agasajos a numerosas personalidades de la nobleza europea, fue en esta espléndida mansión de 17 y B donde los futuros Condes ganaron fama de organizar los más espectaculares bailes de disfraces y fiestas a los que concurrían la “crema y nata” de la sociedad cubana de la época.
La celebrada aquí, el 15 de febrero de 1924 conocida por “El Baile del Segundo Imperio”, al que asistieron los miembros de las más encumbradas familias habaneras, y donde cada invitado debió vestirse a la usanza de la corte del emperador Napoleón III, fue una de las más renombradas en Cuba en la primera mitad del siglo XX.
El jardín de la mansión por su costado de la calle B. Se aprecia al fondo, contigua a esta hacia 19, la mansión proyectada por Morales y Compañía para los Marqueses de Pinar del Río. Nótese la portería de techo a cuatro aguas que ya le habían aprobado en 1910, cuando vivían en este palacete de 17 y B. Luego la reconstruye y la ubica en sus predios.
La foto es de la tarde del 15 de febrero de 1924, poco antes del célebre Baile del Segundo Imperio.
En la esquina de 17 y B, Vedado, donde se ubicara el palacete de los Marqueses de Pinar del Río (demolido en la década de 1960), existe en la actualidad un agromercado.
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