«¿Recuerdas tú aquella tarde gris en el balcón aquel en que te conocí…?». Así comienza el famoso bolero – tango de Leopoldo Ulloa que inmortalizaran Celio González con la Sonora Matancera. Lo que casi todos desconocen es que que el balcón realmente existió (todavía existe) y en él nació de verdad el amor entre el compositor y una hermosa habanera llamada Elvira Robles.
«El balcón aquel» se encuentra en un pequeño apartamento de un edificio de dos pisos de la calle Pepe Prieto a tres cuadras de la Calzada de Güines. En los bajos del mismo se encontraba una carnicería (que todavía existe) y en la esquina opuesta un café – que según el mito que se ha creado alrededor del tema musical – era frecuentado por un Leopoldo Ulloa de 19 años y desde donde vio por primera vez a la joven Elvira, quien le impresionó tanto que no paró hasta que un amigo común se la presentó.
El balcón aquel… Una historia de amor en La Habana
Sin embargo, si bien es cierto que Leopoldo Ulloa conoció a su amada en «el balcón aquel», no es cierto que la haya visto por vez primera desde el café de la esquina. Como él mismo contara años después, conoció a Elvira una tarde fría de enero cuando se dirigía a visitar a unos tíos.
«Vi a una muchacha rubia asomada a un balcón. Me apresuré, pensando cómo hacerme notar. Al acercarme, comprobé con alegría que la joven se encontraba en el lugar que yo iba a visitar (…)»
Destino o casualidad, lo cierto fue que Elvira y Leopoldo fueron presentados por una tía del compositor y vivieron un lindo romance, que terminó, en buena medida, por las reticencias de ella a mantener la relación, pues había sufrido un desengaño anterior con otro músico.
Así que todo terminó, pero Leopoldo siguió visitando la casa de sus tíos y siempre se asomaba a «el balcón aquel» donde una y otra vez le asaltaba el recuerdo de Elvira. Allí precisamente se inspiró y le escribió el bolero:
¿Recuerdas tú aquella tarde gris en el balcón aquel donde te conocí? Yo te miré, y en un beso febril que nos dimos tú y yo, sellamos nuestro amor. ¿Recuerdas tú, la luna se asomó para mirar feliz nuestra escena de amor? Hoy ya no está. y lleno de dolor, muy solo en el balcón, suspiro por tu amor. Tú volverás, me dice el corazón, porque te espero yo colmado de ansiedad. Y me darás tu amor, igual que ayer; en el balcón aquel la luna brillará Y me darás tu amor igual que ayer y en el balcón aquel la luna brillará. Y me darás tu amor igual que ayer y en el balcón aquel la luna brillará.
Sería precisamente «El balcón aquel» la canción que colocaría a Leopoldo Ulloa en el centro del universo de los compositores cubanos, cuando en 1958 se la grabó Celio González con la Sonora Matancera. Casi de inmediato el tema se convertiría en uno de los boleros más populares y los más importantes cantantes lo incluirían de inmediato en sus repertorio.
Leopoldo Pérez Ulloa, conocido como Leopoldo Ulloa nació el 21 de octubre de 1931 en La Habana, misma ciudad en la que falleció el 6 de enero de 2003 fue un cantante y compositor; autor de decenas de boleros, entre los cuales, el más famoso de todos es, sin dudas, «El balcón aquel».
Entre los los que han cantado «El balcón aquel», se encuentran, entre muchos otros, además de Celio González, José Tejedor, Gina León, Roberto Sánchez, Benitico Llanes, Lino Borges, Lebrón Brothers, María Elena Pena y Danny Frank.
Según cuentan algunos vecinos de la calle Pepe Prieto, en una de las columnas de la carnicería ubicada en los bajos de «El balcón aquel» existió hace muchos año una tarja de bronce que identificaba el lugar donde Leopoldo Ulloa se inspirara para componer el célebre bolero. Desafortunadamente, dicha tarja sería robada hace algunos años y probablemente destruida para aprovechar el bronce.
Otros aseguran que la tarja de «El balcón aquel» sólo existió en la imaginación de estos vecinos y que con el paso de los años se ha ido sumando a la historia que rodea el sencillo balcón aquel.
Después de esa época no habrá otra igual; solo han quedado los recuerdos y sus historias hechas realidad…Sus boleros..Sus canciones.!