Beatriz Márquez, La Musicalísima de la canción en Cuba (+ 2 temas para recordar)

Beatriz Márquez, «La Musicalísima», es una de las grandes voces cubanas de todos los tiempos. Con más de medio siglo de vida artística ha sido una melodiosa constante en los grandes escenarios de la Isla a los que ha estremecido con su timbre único.

La Musicalísima, apodo que le regalara el guionista Orlando Quiroga (y que por exacto se le quedó para toda la vida) nació en La Habana el 17 de febrero de 1952. Su padre fue el destacado compositor y guitarrista René Márquez por lo que desde muy pequeña se vio rodeada de un ambiente musical que definió su vocación.

Sus padres la animaron a seguir sus sueños, pero le exigieron también formarse profesionalmente, por lo que ingresó a la Escuela de Música Moderna. Luego pasaría por el Conservatorio Amadeo Roldán a estudiar piano y obtendría una beca en la Escuela Nacional de Arte, donde permanecería hasta que, finales de la década de 1960, Beatriz Márquez debutó como cantante en el grupo Los Barbas (de los que pocos se acuerdan hoy, pero que fueron muy populares en esos años) para luego convertirse en solista. Su privilegiada voz y su dominio total de la escena la convirtieron pronto en una gran estrella, que representó a Cuba en múltiples eventos internacionales, tanto en solitario como acompañante de populares conjuntos que salían de gira.

La carrera como cantante de Beatriz Márquez ha estado siempre ligada al Concurso Adolfo Guzmán, como intérprete primero y como jurado después.

Muchos recuerdan, en particular, las edición de 1980, cuando la cantante interpretó la balada «Amar, vivir» de Richard Egües y el público, sin dejarla concluir, se levantó todo de las butacas para aplaudirla ensordecedoramente.

Su especial afecto por este certamen que ha seguido en línea paralela su larga carrera nace del cariño que le profesó la cantante al mismo Adolfo Guzmán, a quien conoció siendo casi una niña en el Instituto Cubano de Radiodifusión, antecesor del ICRT, cuando interpretó y grabó varias de las canciones del maestro.

Beatriz Márquez y Juan Almeida

Una de las facetas más conocidas de Beatriz Márquez fue la relación de amistad y trabajo que sostuvo por muchos años con el militar y político cubano Juan Almeida Bosque, uno de los comandantes históricos de la Revolución Cubana que fuera también un prolífico compositor (escribió más de 300 canciones).

Según cuenta la cantante [1], se conocieron cuando ella apenas comenzaba su carrera artística: Almeida se le acercó durante una presentación en la ciudad de Santiago de Cuba para enseñarle su obra, pues creía que el estilo de la joven se adecuaba a sus canciones. De ese primer encuentro y los muchos que le siguieron nacería el LP que Beatriz Márquez grabaría con los temas de él en 1970 y que alcanzara gran popularidad en Cuba.

Entre los incontables premios que a lo largo de su carrera ha recibido La Musicalísima Beatriz Márquez destacan el Premio Nacional de Música, que le fuera entregado en 2015 por la obra de toda la vida y el Gran Premio Cubadisco, con el que se alzó en 2018 por su fonograma «Libre de Pecado», demostrando que, a pesar de su avanzada edad, se voz continúa como el primer día.