El restaurante El Conejito en la intersección de las calles M y 17 en el Vedado, resulta uno de los establecimientos gastronómicos más icónicos del aristocrático barrio y de La Habana toda.

Se inauguró en el año 1966, según cuentan a iniciativa de Celia Sánchez Manduley. Algunos aseguran que con el objetivo de hacerlo coincidir con la celebración en La Habana de la Olimpiada de Ajedrez que se celebraba en el hotel Habana Libre. Sin embargo, en realidad formó parte de una estrategia gubernamental que buscaba variar los hábitos de consumo de la población, enfocándolos, de forma inteligente, hacia el consumo de alimentos más sanos[1].

El Conejito, la taberna inglesa de La Habana

En la parcela que hoy ocupa el restaurante El Conejito existió hasta el año 1966 una pollería conocida como El Liro, que compartía local con otros establecimientos comerciales variados.

«El Liro era una construcción antiquísima para comercio con grandes puertas oxidadas que se cerraban verticalmente con una gran vara de hierro. En ese lugar se entongaban cajas de madera llenas de cartones de huevos y cajas, iguales de madera, llenas de pollos vivos blancos. Era lo único que vendían. Todo el mundo compraba los pollos vivos como lo más natural. Cuatro o cinco pollos y en la casa se mataban como parte de la rutina. El Liro tenía ventiladores de techo que se llenaban de plumas blancas. Apestaba (…) Luego lo demolieron y construyeron el flamante El Conejito.»

Testimonio de Gertrudis Herrera en el grupo Fotos de La Habana

Si El Conejito ha trascendido en el imaginario popular ha sido gracias a su peculiar estilo arquitectónico que rompe con La Habana tradicional, con todo y que la capital cubana es un verdadero poupirri arquitectónico en el que se puede encontrar casi cualquier cosa.

El Conejito del Vedado es un proyecto del arquitecto Gustavo Bolet, quien realizó una interpretación bastante libre del Tudor inglés. Así, semeja una tradicional taberna inglesa y rinde culto a la tradicional caza del conejo en las islas británicas, la cual trae aparejada un complejo andamiaje sociocultural que va más allá del simple acto de cocinar un conejo.

Según testimonio ofrecido por el arquitecto Pedro Vázquez en el grupo de Fotos de La Habana, el primer Jefe de Cocina y Chef Principal de El Conejito fue su padre, José María Vázquez, quien llegó a la taberna de la calle M con más de 30 años de experiencia y tras haber trabajado en el restaurante del Havana Yacht Club y El Carmelo del Vedado, entre otros de primer nivel.

«El entrante de charcutería conejo es básicamente una receta inglesa que mi padre trajo para el menú del restaurante y era exquisita (…) Él era de origen gallego y en su aldea de La Coruña existía la tradición de la morcilla (…) Mi padre lo que hizo fue «globalizar Inglaterra con Galicia y Cuba». Así que, con la ayuda de Celia Sánchez se hicieron los contactos para garantizar la calidad y flujo de la sangre de conejo fresca, que es indispensable para preparar las morcillas y así llegaron al famoso Entrante».

Testimonio del arquitecto Pedro Vázquez en Fotos de La Habana

A lo largo de los años en el El Conejito se han llevado a cabo varias remodelaciones y reparaciones capitales, pero siempre se ha respetado su icónicos aspecto de taberna inglesa que tanto gusta a los clientes.

Lo que sí no se ha logrado es que se mantenga la gloria de sus primeros tiempos, pues como suele suceder en La Habana con los establecimientos gastronómicos administrados por el Estado cubano, El Conejito, ha caído una y otra vez en largos períodos de descomercialización, como consecuencia de la inestabilidad en la cadena de suministros, la mala calidad de estos, el deterioro por la falta de mantenimiento e inversión y la mala administración.

Fricase de conejo a la cubana
Conejo asado en cazuela

Notas

[1] Algunas fuentes aseguran que El Conejito fue un resultado directo del Congreso de la Unión Internacional de Arquitectos (UIA) celebrado en La Habana tres años antes de su inauguración, pero en realidad no guardan relación alguna.